Esta es la tarta que llevamos del horno de Faura. Hace unas tartas que dan gloria verlas y catarlas.
Ana nos hizo pan casero de centeno y trigo
Tiene esta pinta apetitosa.
Mi marido estuvo toda la tarde pensando en comprarse la panificadora. Y seguro que cae, porque menudos panes que hace
Y en esta cesta nos lo sirvió. Se nota que nos lo zampamos, porque sólo quedaba eso a las 15 de
la tarde
Aquí un señor plato de fabada. Para ser sinceros
sólo me comí la mitad del tocino y no me comí la morcilla
Estaba la fabada de pecado capital
Y como todos los pecados, tuvo su expiación
Yo, que soy muy lenta digiriendo, a las 19 h me encontraba pelín malita del estómago.
A las doce de la noche, tenía náuseas, dolor de barriga, y encima, aires pestilentes.
Me tuve que tomar una infusión de poleo, anis verde y manzanilla
Hoy me he levantado como si me hubiera pasado un camión por encima.
Toca comida ligera estos días
No es que la fabada estuviera mal. La fabada estaba superbuena, y es la mejor que he probado en mi vida y que probaré jamás.
Esto último lo digo, porque no me compensa el disfrute con el mal rato que he pasado después
Gracias Ana, eres una cocinera estupenda
El mundo en mis manos
Nuestra filosofía de vida, a través de este hermoso texto
La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloree con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.
lunes, 27 de noviembre de 2006
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