El mundo en mis manos

Nuestra filosofía de vida, a través de este hermoso texto

La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloree con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.

Libro de visitas

Cumple de nuestro amor colombianito

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Nuestro tesoro llanerito está con nosotros

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Nuestro aniversario de boda: El más feliz lo hemos celebrado con Rafa en Bogotá

Daisypath - Personal pictureDaisypath Anniversary tickers

jueves, 30 de octubre de 2008

bacalao en crema de espárragos (comida rápida, sanísima y riquísima /no tengo abuela/)

Esta receta se la dedico a toda la gente que trabaja fuera de casa y que al llegar a comer no tiene apenas tiempo pero quiere comer bien.

No se la dedico a los que odian el pescado.

La noche anterior ponemos a descongelar el bacalao desalado.

Pochamos la cebolla en concasé (o sea, trozos gordos, que no merece la pena llorar si luego se va a triturar). Añadimos los espárragos.
Tenemos que pochar en poquito aceite.


Añadimos leche y pasamos por el minipimer.
Rectificamos de sal y azúcar (la que se añade a los espárragos, claro).










Marcamos el pescado. Con esta palabra indica que hay que poner a fuego fuerte el pescado por la parte de la piel. Poquito tiempo, lo justo para que suelte la gelatina (1 minuto es suficiente) y vuelta por el otro lado.
Reservamos





Echamos la crema de espárragos y removemos bien para que se líe con el jugo del bacalao más el aceite. O sea, que emulsione, para que quede técnico el asunto.







Ponemos de nuevo el bacalo reservado más el jugo que ha ido soltando (es el hueco que hay en medio)

5 minutos máximo. Dependerá del grosor de los filetes.








Espolvoreamos con perejil y listo













En la cazuela listo para servir









La presentación tal cual con su salsita y todo









Una vista muy favorecedora de perfil.


Me encanta el toque de espárrago tan suave. El perejil le da el toque de contraste.

El bacalao, junto con otros pescados de sabor suave, no es necesario meterle fuertes salsas, porque matarían su sabor.

La combinación espárrago, cebolla y el toque final de perejil es fantástica.

Espero que os guste, señores y señoras currantes

martes, 28 de octubre de 2008

cistelles Faura (comida de aprovechamiento)

Esta creación mía se la dedico al pueblo que tan bien me ha acogido desde el día que vine, de esto hace ya más de 6 años.

¿Os acordáis de las patatas de ayer?

El relleno, lo he pasado por un pasapurés. Si no, cocéis unas patatas o las asáis y ya está.

Añadimos sal y un chorretín de aceite de oliva. Amasamos como si fuera plastilina y hacemos estas cestas.




Ponemos en cada una de ellas un filete de lomo troceadito













Horno a toda potencia 5 minutos.

Queda así. Como el puré era muy espeso, no se ha desmontado la cesta.








Pochamos bien finitos unos espárragos trigueros. Uno por cesta, que queda muy exacto.

Ponemos encima del lomo












Echamos en cada cesta un huevo. Como véis, uno se me rompió y tuve que usar otro. No pasa nada.

Para evitar que cuajen las yemas, las tapamos con una cáscara de huevo.








Horno toda potencia 3 minutos, o hasta que veáis que está hecha la clara













Quitamos la cáscara de huevo con cuidado. Lo normal es que algo se rompa, pero no pasa nada. Le da el toque aún más bonito al plato










Aquí véis un aspecto general del plato

Espolvoreamos con perejil picado












Listo para comer, lo está diciendo el color












Este plato es para untar con pan












Este es mi marido 5 minutos antes de dejar el plato limpio como la patena


Bon profit

Moltes Grácies Faura

Patatas asadas con salmón y panga

Llevo mucho tiempo sin poner recetas.

No es que no coma, sino que no tengo mucho tiempo para hacer fotos.

Os prometo una tanda buena, sobretodo si me sale el invento que estoy haciendo hoy.

Estas patatas asadas son una buena opción.

He puesto salmón troceado y panga. Los he rehogado para eliminar el agua y los he puesto dentro de las patatas vaciadas


Encima, he puesto un langostino crudo pelado, y una ramita de perejil.

He frito bien bien las cabezas de langostino. Las he retirdado
Añado espárrago bien finito, cebolla y ajo tierno. Pocho todo bien.
Hacemos una bechamel añadiendo una cucharada de harina y leche

Cubrimos las patatas y la fuente, ponemos más ramitas de perejil, que le dan sabor y color

En las pescaderías siempre te dan perejil como para matar a todos los loros del mundo, y hay que aprovechar.
Gratinamos, y listo

viernes, 24 de octubre de 2008

Mis 3 PHGAs enviadas y recibidas

Os presento las 3 últimas PHGA que he enviado el lunes y que ya han llegado a sus poseedoras.

Empezamos con unos pasteles, que ya que se acerca mi cumple vienen bien.

Este es un pastel Brandenburg y es justo el que haré en mi cumple







Un donut













Un bombón helado, bien fresquito

























Aquí los 3 pasteles en un bonito mantel de cumpleaños














Me parecieron ideales para Ana Isabel. Son alfileteros pero muy originales y molones










Esta boina parisienne la pensé para Paloma.
















Aquí véis a su gemela, de la que tomé el modelo.


El original está en inglés, pero la traducción es sencilla y el resultado fantástico






Los colores le gustaron muchísimo a mi marido











Como véis este modelo admite muchas variaciones, a gusto del cliente











Esta muñeca es una buhonera y se ha ido para Mochi


Es una reproducción de antiguas muñecas que se hacían y hacen en Inglaterra.

Había unos buhoneros que andaban vendiendo mercancía de pueblo en pueblo












Fue un reto hacerla porque es mi primer muñeco humano










Aquí véis los calcetines, las manoplas, el bolso y la bufanda.

Quedaron supergraciosos










Este es el interior de la cesta: muñecos, balón, y madejas












Perfil de la muñeca que es mejor que el mío, jajajaja















De espaldas para que se vea la cofia y la toquilla



















La muñeca entera. Quedó preciosa

Los coloretes los pinté con una pintura blanda para pintar cristal










Y aquí estoy yo, super orgullosa del trabajo.


Bueno, ahora me quedan cosillas sueltas. Acabar el vestido para mi sobrina, acabar la chaqueta que me estoy haciendo y algún retal más.

Ya os contaré

jueves, 23 de octubre de 2008

Estreñimiento: tratamientos naturales

El estreñimiento es un problema muy común en ambos sexos.

Viene producido por varias causas. Las más comunes son: mala alimentación, estrés, o medicinas tipo paracetamol, medicinas tipo psiquiátrico, intestino vago, problemas de asimilación.

El estreñimiento puede ser ocasional o transformarse en crónico. Nuestro organismo acaba por habituarse a las medicinas anti estreñimiento, (laxantes) y al final no puede funcionar sin ellas. Se hace vago, en resumidas cuentas.

El estreñimiento hay que intentar erradicarlo bien por las molestias que produce, bien porque puede ocasionar hemorroides (almorranas) y sobretodo, porque el final de la digestión se produce en el intestino grueso y continuan absorbiéndose nutrientes hasta el final. Si tenemos heces sin eliminar, esto pasa a la sangre, dándole toxicidad, y, por consiguiente, repercutiendo en todo nuestro organismo.

Remedios naturales: zaragatona, semilla de lino. El problema de las plantas laxantes es que, para provocar la defecación, tienen que irritar el intestino.

Los alimentos con mucha fibra, ayudan al tránsito intestinal. Una dieta rica en frutas y verduras y cereales integrales suele solucionar el problema siempre que éste no sea agudo. Cuando se ha dejado tiempo y recurrido a laxantes, el cuerpo no responde igual.

A veces hay que ir al origen del estreñimiento. Cuando es por estrés, obviamente, hay que eliminar el estrés.
Plantas antiestrés, todo el mundo las conoce: paxiflora, tila, manzanilla, poleo, melisa.....

También hay que llevar una rutina de vida. Cenas ligeras, ejercicio ligero, incluídos tipo chi kung, yoga, tai chi, y demás técnicas de relajación.
La respiración abdominal es importante. Tenemos que respirar como cuando estamos en la cama.
Mi técnica es visualizar con los ojos cerrados cómo entra el aire por la nariz y va bajando hasta llegar a la barriga. Se llena la barriga. Luego, expulsamos el aire de la barriga y ésta se deshincha. Notamos como el aire sale.

Los jugos de mandana, uvas, açai, granadas, arándanos, bayas del saúco van muy bien
Con estas frutas, el efecto también es de antioxidante. Es el antienvejecimiento perfecto. La vitamina C , o mejor, su falta hace que la piel se cuartee y arrugue. Este es el problema principal de los fumadores. Parecen más viejos que lo que son y es por su piel.


Si el problema es de origen nervioso, usaremoseextracto de bacopa monnieri, melisa officinalis, ginkgo biloba. Ayuda a aumentar el flujo sanguíneo y a oxigenar el cerebro Proporciona agilidad mental, mejora la memoria y la concentración

Y con esta extensa exposición acabo este jueves. El próximo jueves más

lunes, 20 de octubre de 2008

Experiencia y conocimiento

Hoy me he puesto a pensar para qué sirve el estudio.

Hay diferentes opiniones, claro
. Algunos dicen que para nada, puesto que la experiencia es la madre de las ciencias. Esto lo dicen los que no tienen estudios, obviamente. 

  Otros dicen que la experiencia no es nada sin unos estudios previos. Estos son los faltos de imaginación, los que van como el tren, por la vía, no sea que si se salen, descarrilen. 

  Yo me quedo en el punto justo de en medio, que es donde más a gusto me encuentro.

Es obvio que muchas cosas se hacen por experiencia, siempre y cuando se tenga habilidad innata para hacerlo. Por ejemplo, cocinar. Yo he visto cómo lo hacía mi abuela, y como se me da bien y tengo imaginación, pues cocino. Pero también copio recetas, me informo. La ciencia infusa se me da fatal. 

  También es cierto,(seguro que mi amigo Omar que es pianista no está de acuerdo conmigo), que hay cosas que las personas, por mucho que nos empeñemos no haremos jamás. Yo, por ejemplo, dibujar se me da fatal. En clase de Prehistoria dibujaba bisontes y parecían cerdos. Seguro que si me hubiera empeñado, pues habría conseguido un parecido más acertado. 

Con la música pasa lo mismo. Hay gente que no canta ni en la ducha. Aunque, pensándolo bien, yo jamás he cantado en la ducha, porque me entra jabón y agua en la boca, básicamente. 

  Pues yo he dado clase de música a esforzados futuros profesores de magisterio, y había algunos que eran incapaces de llevar el ritmo en las cancioncitas infantiles. 

También es cierto que la experiencia acumulada de generaciones es muy buena ciencia. Pero esto ya no es experiencia como tal, sino observación continuada. La observación es una forma de estudio. 

Los pastores saben mejor que los meteorólogos el tiempo que hará mañana o esta semana, que es lo que les interesa. Predicciones a largo tiempo, para ellos, son poco prácticas. La predicción se basa en generaciones y generaciones observando las nubes, el viento, el sol, la luna. 

  El estudio por el estudio es egoísta. Uno no puede ir acumulando estudios, como acumula libros en una estantería. El conocimiento sirve para ayudar a los que no saben.

Cierto que en esta sociedad utilitaria, en el que todo tiene que servir para algo palpable, las ciencias humanas han perdido valor. Y así nos va el patio, sí señor. Gente muy atrevida, que, por ejemplo dice que su opinión es que Cristo no ha existido. Ojos como platos se me quedaron pero contesté con calma que la existencia del Cristo histórico no la niegan ni los ultraortodoxos más ultraortodoxos judíos, ni los ateos más ateos del mundo ateil. Que creas que es Dios es otra cosa mariposa. 

  Empecé el jueves el tercer curso de Ciencias religiosas. Estudiaremos otras religiones y la Biblia. En una breve celebración litúrgica se nos dijo que lo que estudiábamos tenía que servir para darlo a los demás. Toda la razón del mundo

Ya sabéis, el conocimiento no ocupa lugar. Y además, mantener las neuronas activas sirve para que cuando seamos mayores tengamos el cerebro estupendo. No queremos acordarnos de que llegaremos a viejos. Y que si no hemos hecho gimnasia del cerebro, llegaremos muy mal. 

  Ahora que se lleva la cirugía estética, los implantes, la silicona, el Botox....nadie se preocupa por lo que realmente es importante: el cerebro. Y aún no hay implantes de silicona en el cerebro ¡lástima! porque algunos/as lo necesitarían.

Historia de dos adopciones

Aquí os pongo la historia de la adopción en Colombia por parte de Raquel y Antonio y nosotros, las visicitudes, las alegrías etc

Esta historia aparecerá en la edición de Diciembre en la revista Adoptar de ADECOP, pero con fotos.

Espero que os guste

Historia de 2 adopciones


1. El viaje

“La aventura empezó 18 de Mayo. Sin haber dormido bien, mi cuñado nos acompañó al aeropuerto. El viaje a Madrid fue tranquilo y sin contratiempos. Y el enlace a Bogotá también. Las 10 horas de viaje fueron interminables. Al llegar a Bogotá, esperamos las maletas y tuvimos el desagradable incidente de que habían perdido la maleta grande y la sillita del niño. Cuatro horas después, llegarían en otro vuelo Antonio y Raquel”

M. Carmen

* * *

“Eran las 8 de la tarde hora local cuando llegamos a Bogotá con Avianca. Tras revisarnos los pasaportes y comprobar que todo estaba correcto, nos dirigimos a las cintas transportadoras. Ya no quedaban más que dos o tres, cuando nos dimos cuenta de que en la pantalla estaba mal puesta la información de vuelo, y por casualidad, las vimos en la cinta de otro vuelo distinto. Ya teníamos todo, solo nos restaba pasar la aduana, y por fin, ya estaríamos en la ansiada Colombia. Tras un pasillo, a la derecha, en la salida de taxis, nos esperaba Lucila. Ella era quien nos conduciría hasta el hostal. De camino, nos contó cómo dos días atrás nos habían ido a esperar al aeropuerto, por error en las fechas, ya que confundieron el día 18 con el 16”

Raquel

* * *

A la llegada al hostal, las dos familias nos encontramos. Hablamos con la abogada, Dilia, y le dimos el sobre y la documentación que precisaría. Ella la revisó, y nos devolvió así mismo documentación que deberíamos llevar con nosotros hasta Villavicencio-Meta, y entregar a Nubia, nuestra abogada allí. También nos entregó los billetes de avión hasta allí.

No sólo el hecho de la preocupación de que no sirvieran los billetes de avión con fecha de dos días atrás, o la pérdida de las maletas fue lo que no nos dejó dormir, sino también el cansancio acumulado y la diferencia de presión debido a la altura (2.700 m.); sin contar, por supuesto, el hecho de pensar que al día siguiente, nuestro destino cambiaría para siempre.

Habíamos quedado de nuevo a las 7.30 con el taxista que nos había llevado hasta allí y con Lucila, que nos llevarían de nuevo al aeropuerto. Con los billetes no hubo problemas, y los cambiaron si poner objeciones, pero tuvimos que hacer cambalaches para repartir el contenido de las maletas de tal forma que no pesaran más de la cuenta.

Esperamos en el aeropuerto dos horas hasta coger el vuelo: un avión pequeñito y de esos que cuando sube, te vas hacia atrás y cuando baja te echas hacia delante, incluidos giros en los que parecía que estuviéramos montados en una montaña rusa. Llegamos a Villavicencio y estaban esperando Luis y Giovanni, los taxistas con los que nos moveríamos siempre que saldríamos del hotel.

Tras llegar al hotel, esperamos la llegada de Nubia. Ella apareció a las 12.30, dos horas después de nuestra llegada. Nos recogería para ir de compras: globos, platos y cubiertos de plástico, tarta de bizcocho y helado, refrescos… todo lo necesario para una fiesta. De acuerdo con Nubia, decidimos ir todos juntos al ICBF, ya que la entrega de Rafa era a las 14 h. y la de Cristian David a las 15h. Seríamos fotógrafos los unos para los otros.

2. El Encuentro

“Cuando llegamos al ICBF ya estaba Rafa allí, pero Nubia no nos permitió verle aún. Debimos esperar un poco más. Yo había visto una camiseta amarilla y nada más. Había empalidecido. Subimos a la segunda planta, y allí llenamos las bombas (como denominan en Colombia a los globos), y preparamos todo para la fiesta.

Y apareció Rafa. Estaba cambiado porque le habían cortado el pelo. Se comportó tímidamente al principio, pero enseguida se animó y empezó a pintar cuentos que le habíamos llevado. Como desde el principio se acercó a su papi, yo me dediqué a recibir informes y demás. Nos dieron una carpeta con sus dibujos escolares, un álbum de fotos, un Cd de fotos y un regalito que nos había hecho Rafa: un muñequito de fieltro pegado en un palo. Todo fue muy emotivo para nosotros. Antonio y Raquel, expectantes, esperaban ansiosos a que les llegara el turno”

M. Carmen


* * *

“Eran las 14.50, y vimos a un niño aparecer en brazos de una mujer rubia. Pero no pasaron a nuestra sala, sino que se quedaron fuera. Salió Nubia junto con el psicólogo, y a mí me entraron ganas de llorar, me temblaba todo. Él estaba allí. Vimos cómo la mujer se alejaba, y al poco tiempo apareció su carita. Llevaba puesta una gorra azul, un niqui naranja, unos pantalones largos marrones y unas zapatillas azul marino y blancas. Era precioso. Con sus mofletes regordetes y sus grandes ojos negros. Le habían cortado el pelo “a cazuela”, y era el más guapo del mundo (de todos los niños de dos años, como decía M. Carmen, ya que el suyo era el más guapo de todos los de tres).

Me acerqué, y él me dio un beso. Luego se puso a jugar como si nada. Su papá jugó con él, pero parecía no hacer caso a nadie a su alrededor. Sólo quería jugar y correr. Traía consigo su cuaderno de vacunación, su cuaderno de trabajo del jardín infantil, un camión desbaratado, una vaca que sonaba al apretarla, un diario, un Cd con fotos, y una rosa para su mamá: YO”

Raquel

3. La Estancia

El resto de la tarde fue perfecta. Compramos mucha ropa, ya que solo nos dieron a los niños con lo puesto. Después llegó la noche. Ese era el momento crucial. Para C. David vendría el primer mal trago. Lloró mucho diciendo “ma” continuamente, hasta que con mucha paciencia, se durmió. ¡Qué duro debe resultar a un niño que unos desconocidos le separen de lo que conoce!. Rafa no tuvo ese problema, era mayor.

* * *

“Sabíamos que no era posible el hecho de ver a sus madres sustitutas, así que decidimos escribirle una carta. Se la entregaríamos al psicólogo, junto con una tarjeta, el siguiente martes”

Raquel

* * *

“Ya desde el principio surgió un problema con mi nombre, que en unos documentos aparecía como María del Carmen y en otros como María Carmen. El tema se solucionó dos semanas más tarde, a base de mandar diferentes certificados en los que decía que era la misma persona los dos nombres. Aparte, por fin y tras pasar dos días, aparecen la maleta y la sillita de mi niño”

M. Carmen

* * *

Estábamos en dos habitaciones con vistas a una gasolinera, en las que había dos o tres bares de copas. En uno de ellos, ponían música fuerte todita la noche. Estuvimos una semana así, hasta que protestamos y nos cambiaron las habitaciones.

Rafa, desde el principio se adaptó bien. Y ya al segundo día tuvo su berrinche. Con su papi estaba de cine, porque hacían el bruto juntos. Con mami era más suave, pero sabía que le quería. Y de hecho, un buen día se lo dijo. En el caso de C. David, peleábamos con mucha paciencia con la comida, porque era muy inquieto y se aburría cuando comía, lo que nos llevó a tener que dejar de ir a comer todos juntos, y seguir estrictamente sus horarios.

La estancia en Villavicencio era eterna, porque el tiempo no daba para hacer nada y los niños se aburrían mucho. Los días eran largos, y el hecho de no saber muy bien a dónde llevarles, y la lluvia, hacía presagiar que la estancia iba a ser muuuuuuy larga.

Cuando no llovía, que era las menos de las veces, las opciones eran la cancha que estaba al lado de la iglesia, o la piscina del hotel, cerca de la cual también tenían los animalitos (dos loros, tortugas, peces, una anguila, venados, patos y conejos), un futbolín y una rana.

Cuando llovía, la opción era ir a los diferentes centros comerciales que había alrededor del hotel. Una manera de combatir el aburrimiento, aunque sólo fuera porque los niños estaban encantados con las escaleras mecánicas. Pero sucedió que en uno de los centros comerciales nos intentaron robar, aunque fuimos más avispados y pescamos a los ladronzuelos antes de que culminasen la acción.

Así pasaban los días, hasta que llegó el sábado. ¡Dichoso día!. El mayor susto que uno se puede imaginar: un terremoto.

* * *

“Ese día fuimos a hacer más papeles a Villavicencio, y de paso, conocimos el centro e hicimos compras: “cotisas para ballar _oropo” (como decía Rafa, que realmente se llamaban “cotizas”, y son unas sandalias que se usan para bailar joropo, un baile típico de Los Llanos), un poncho llanero, llaveros, etc.

Rafa estaba durmiendo la siesta, y yo y Juan en ropa interior de charla. Estábamos en el 8º piso y eso se movía como si estuvieran en una coctelera. Juan se agarró a la cama, y yo salté de ella. Pero el suelo se movía igualmente. Nos vestimos a la velocidad de rayo y despertamos a Rafa”

M. Carmen

* * *

“A eso de las 12.30 hubo un aviso. Antonio se dio cuenta, pero nunca imaginó que aquí pudiera haber un terremoto, y no le dimos mucha importancia. El golpe gordo era ahora, a las 14.30.

Nosotros nos encontrábamos en el 9ª piso. Nos acabábamos de cambiar, ya que era el día en el que nos habíamos mudado a la nueva habitación. Acabábamos de comer y habíamos vuelto a ordenar de nuevo las cosas. Todo tembló, se cayeron botellas, cosas del baño, un crucifijo que tenían en la pared se descolocó, el cuadro, todo. Sólo nos dio tiempo a coger al niño, las zapatillas y el bolso con los pasaportes. Salimos a la piscina, fuera del edificio. Los animales estaban inquietos. El agua de la piscina se había balanceado como si fuera alta mar. Allí pusieron la televisión para ver si se oían noticias, pero no decían nada. Por la radio comentaron que había sido un terremoto de 5.5 en la escala R., y su epicentro había sido precisamente en Meta”

Raquel

* * *

Salimos lo más rápido posible del hotel y estuvimos enfrente toda la tarde. Tras el susto, y como el lógico, avisamos a España para informarles de que nos encontrábamos bien, aunque ellos allí no habían tenido noticias del suceso todavía.

Llegó la noche y no hubo más sustos, con lo que cenamos y volvimos a las habitaciones, no sin algo de preocupación, por supuesto. A eso de las 9.30 llamó Nubia preocupada para ver cómo estábamos. Le había resultado imposible comunicarse con nosotros antes. Hubo réplicas hasta casi el día que nos fuimos, así que había que dormir con un ojo abierto y otro cerrado

El terremoto había hecho estragos. No solo la zona de Meta, sino también en Bogotá. Las carreteras estaban cortadas para ir allá por desprendimientos, y hubo muertos y muchos damnificados. Además de eso, estábamos en época de lluvias, y la capital estaba en alerta amarilla por inundaciones. Todo se había juntado, y había una gran confusión. Los accesos a Bogotá por carretera estaban cerrados.

* * *

El martes fuimos a presentar la demanda de adopción a la notaría y al Registro Civil. Al día siguiente pasaría la demanda al juzgado de menores y en uno o dos días se sabría qué juzgado nos había tocado. Nubia nos comunicó que el juzgado número uno era más lento que el dos. Contábamos con tener algo de suerte.

Por la tarde vino el psicólogo. Hizo preguntas sobre lo que comían los niños, los horarios que seguían, cómo nos sentíamos, y cosas de esas, todo ello para elaborar un informe para el ICBF, informe de integración con el que la directora del ICBF de Villavicencio redactaría el acta de integración.

Un día después nos confirmaron el juzgado que nos había tocado: mala suerte para las dos familias, el uno. Las sentencias igual tardarían una semana más que si hubiese sido el juzgado número dos.

* * *

Fuimos a ver Los Ocarros, un bioparque muy bonito. Para ir hasta allá llamamos a Luis, el taxista, y quedamos en que nos recogería en dos horas. La tarde fue estupenda. Había cocodrilos, osos hormigueros, osos, serpientes, panteras, monos, pumas, loros, tucanes, y demás animales autóctonos del país. Nos abrieron el dormitorio de día de los ocarros, que son unos armadillos gigantes, un trato exquisito por ser españoles. La tarde fue muy grata y los seis lo pasamos estupendamente.

Siguieron unos días de tranquilidad. En la comida, se echaba de menos el pan y el agua, y curiosamente el café fuerte, porque en Colombia es un café muy ligero. Los jugos eran estupendos, y se tomaban muchos “cucuyules” (como Rafa denominaba a los yogures líquidos y a los jugos).

El clima era lluvioso y caluroso. C. David, venía con catarro y se lo pegó a Rafa. Rafa se lo pegó a Juan, y Juan a M. Carmen. Pero un buen día, al volver de un centro comercial, cayó una jarreada “de Dios Padre “y acabamos inundados hasta las rodillas. Al día siguiente, todos los adultos menos Antonio catarrosos, y encima M. Carmen con otitis del oído izquierdo, que al cabo de dos o tres días se pasó al derecho. Las medicinas en Colombia son muy baratas y había una droguería enfrente (así llaman a las farmacias).

Aparte del catarro, los zancudos (un tipo de mosquito) nos estaban destrozando las piernas. Como las ventanas del hotel no eran estancas, se ponían las botas con nosotros.

Todos los días comíamos en el Piccolo, un restaurante que era más barato que el hotel, y nos hicimos amigos del dueño, Juan Carlos.

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“Era muy amable y un día nos llevó a visitar el mercado, donde había frutas rarísimas y era supercolorido todo; y otro a ver dos pueblitos típicos: Restrepo y Cumaral, donde probamos en el trayecto unas especialidades llaneras: cuajada con arequipe (dulce de leche), cuajada con mielmesabe (producto derivado de la caña de azúcar) y cuajada con agraz (un fruto silvestre muy ácido)”

M. Carmen

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El sábado la intención era ir a las Malocas y llamamos a Luis. Pero de nuevo, la mala suerte. Al llegar a Malocas, había unas actividades que no permitían entrar ni ese día ni el siguiente, con lo que nuestros pasos se encaminaron al “Parque de los Fundadores”.

* * *

“El martes llegó, y fuimos con Nubia para sacar las fotos de C. David para el pasaporte, y ya de paso la abogada aprovechó y fue a recoger el ansiado pasaporte de M. Carmen. Tras las fotos, lo único que restaba por hacer era ir a comprar regalos en “La Foca”: un traje completo de llanerito para el niño (sombrero, poncho y cotizas) y más sombreros, ponchos y llaveros para regalar a la gente”

Raquel

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Bueno, pero por fin las demandas habían sido aceptadas y el lunes o el martes saldrían las sentencias. Ya quedaba menos.

Esa tarde sí que se pudo ir a las Malocas a ver los caballos, aunque hubo un poco de desilusión, porque lo único que se veía era eso, caballos y la típica casa llanera. Esperábamos ver alguna exhibición de algo, pero no fue así

Los días transcurrieron muy lentos hasta el lunes, cuando Nubia debía comunicarnos si se firmaba ese mismo lunes o el martes. Pero la llamada no llegó hasta que a las 15.30 de la tarde, momento en que apareció la abogada para comunicarnos que la juez estaba fuera de Villavicencio y que no sabía cuándo volvería. Quedó en llamar en cuanto averiguase algo al día siguiente.

Y otra ver más de lo mismo. Pasó la mañana y sin noticias, ¡y ya era martes!. Por fín hacia las 15.00 llamó para comunicarnos que se firmaría al día siguiente a las 8 de la mañana.

Para celebrarlo, nos fuimos todos juntos a comer ternera mamona, la especialidad de Villavicencio. Una ternera lechal riquísima asada al fuego.

* * *

Fuimos el miércoles a firmar todo, luego al Registro Civil, y después a solicitar los pasaportes de los niños. Todo iba fenomenal. Al día siguiente iríamos a Bogotá por fin.

Pero aquí no acabó nuestra mala suerte. Tras solicitar el pasaporte, nos dirigimos a la oficina de transportes aéreos, pero cuál no sería nuestra sorpresa cuando nos enteramos de que ¡no había billetes para la capital hasta el domingo!. Fuimos hasta la otra compañía y tuvimos la misma contestación.

No sabíamos qué hacer, hasta que Luis se ofreció a llevarnos en taxi, junto con otro taxista, a las dos familias. Nubia no estaba muy de acuerdo, pero no tenía otra opción. Llamó a Dilia, nuestra abogada en Bogotá, y al final, esa fue la solución

Por la noche, hicimos una cena de despedida con Nubia en el Piccolo, a la vez que nos despedimos de Juan Carlos y Mayely (su novia), quienes nos regalaron una muñeca y una cesta hecha por los niños indios.

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Al día siguiente, jueves, viajaríamos hasta Bogotá en los dos taxis a las 6.30 de la mañana, y nos llevarían hasta la residencia de las Agustinas Misioneras a unos, y a las Hermanitas de los Pobres a otros.

A la salida de Villavicencio, un túnel larguísimo, en el que los camiones y demás vehículos iban a mil por hora y adelantaban como locos. Lo que nos asustaban eran los camiones de líquido inflamable. Y el resto del trayecto, para unos españoles acostumbrados al tráfico español, fue terrorífico.

Uno de los taxistas se había dejado mal cerrada la tapa del agua, y poco más y se quema el coche; sin contar con que se pierden y en uno de los socavones, uno de los taxis se queda sin un amortiguador.

El viaje duró cinco horas más dos horas más para M.Carmen, Juan y Rafa, pese a haber sólo unos 170km. de distancia. Por una parte nos alegramos de haber ido en taxi, puesto que así vimos el paisaje de la montaña colombiana, y encima nos llevaban de puerta a puerta.

Una vez en Bogotá nos costó una hora dar con la primera dirección. Una hora más hasta llegar a la segunda. Llamó Nubia preocupada por la tardanza. Pero todo fue bien, aunque los niños estaban cansados y nosotros también. Al llegar allí la llamamos, y también a Lucila, que debía venir a recoger la documentación.

Tras un grato recibimiento, tanto en un alojamiento con unos, como en el otro con los otros, por la tarde apareció Lucila y preparó la documentación que debíamos llevar el lunes al Consulado de España. Era lo único que nos quedaba por hacer, y nos dio el teléfono de Jairo, el taxista de confianza por si queríamos movernos por Bogotá.

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“El viernes fuimos a Monserrate, un cerro desde donde se ve todo Bogotá, pero Antonio estaba con la tensión por las nubes y con fiebre, con lo que ellos no pudieron acompañarnos”

M. Carmen

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“Por fin el domingo pudimos ir a Zipaquirá. Por la mañana fuimos a ver la iglesia de Santa Teresita, que estaba justo al lado de donde nos hospedábamos (era el día del padre, así que a Antonio le regalaron una estampita). Más tarde fueron a buscar a nuestros compañeros (que por cierto, era su aniversario de boda) para emprender la ruta hacia la Catedral de Sal

Raquel

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La Catedral de Sal nos impacto por lo espectacular que era. No nos esperábamos una maravilla así. También estuvimos viendo la ciudad, un museo de arte pre-colombino y corriendo tras las palomas. Al día siguiente tocaba ir al Consulado

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El lunes nos encaminamos al Consulado. Allí nos esperaba Lucila. No era necesario que entrásemos todos, así que sólo lo hicimos nosotras tres, ya que ahora el malestar le tocaba a Juan. Además no se podían introducir móviles, ni bolsos, ni nada de nada. Así que los caballeros se quedaron fuera con los niños y los bolsos.

Estuvimos esperando en la entrada a que nos dieran número, y tras conseguirlo, subimos al quinto piso. Allí esperamos a que llegase Isabelita, la funcionaria que nos atendería. Ella revisa y revisa la documentación que nos acababa de dar Lucila para entregársela, primero la de Rafa, y luego la de C. David, y nos dice que está todo bien, y que volvamos al día siguiente con los pasaportes, que no es necesario llevar nada más. Queríamos ir por ahí, pero Juan no se encontraba muy bien, así que decidimos posponer la visita turística por Bogotá hasta el día siguiente por la mañana, día en el cual tendríamos que volver a recoger los pasaportes con los visados de los niños.

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“Este bendito día acaba con Juan jaquecoso perdido, y con fin feliz, ya que en la Residencia de ancianos había médicos y ellos le indicaron el inyectable que tenía que comprar”

M. Carmen

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“Mientras tanto, nosotros revisábamos la documentación que nos había dado Lucila. Y cuál no sería nuestra sorpresa cuando nos damos cuenta de que el apostille que lleva el original de la sentencia no es de nuestro hijo, sino de otro niño. Hablamos con Lucila, ésta nos dice que ha sido un error, y que el apostille lo tenía la familia del otro niño grapado con su sentencia. Quería que dejáramos el apostille del otro niño al día siguiente en el Consulado a Isabelita, y que nos daría el nuestro el miércoles cuando estuviéramos en el aeropuerto, pero la idea no nos convenció, así que le hicimos ir para cambiar los apostilles esa tarde”

Raquel

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Al día siguiente fuimos de nuevo al Consulado, donde nos encontramos con Lucila, que también había ido porque se había dado cuenta de que el apostille de la sentencia que estaba allí, también estaba mal. Nos preguntó si habíamos llevado la documentación, cosa que no habíamos hecho porque nos dijeron que no lleváramos nada. Ahí nos empezamos a quedar algo inquietas.

Cuando recogimos el número, como el día anterior, y subimos al quinto piso, y tras insistir mucho, nos contó lo que había pasado: Al entregarnos la documentación, a cada una nos había dado un original de la sentencia de C. David y otro de la de Rafa; en vez de dos de C. David a Raquel, y dos de Rafa a M. Carmen (o al menos eso era lo que creía Lucila que había pasado). Al entregar la documentación, Isabelita la revisó por encima, y no se dio cuenta de que tenía las dos sentencias originales de Rafa, y ninguna de C. David.

Con todo este lío, la única solución era volver a recoger la documentación al hotel de M. Carmen y Juan, y buscar si realmente estaba allí la sentencia de C. David (cosa que tampoco sabíamos a ciencia cierta, ya que igual la tenía la otra familia del error del apostille). Enviamos a los hombres, que de nuevo estaban fuera, a la Casa de Encuentros (Hermanitas de los Pobres) a por la carpeta en la que tenían todos los documentos. Como nos íbamos al día siguiente, ya tenían todo guardado, con lo que les tocó volver a deshacer las maletas de nuevo.

Mientras, las chicas, nos comíamos las uñas mientras esperábamos en el Consulado, ya que C. David no podía obtener el visado de momento para salir del país, y en cuanto a Rafa, cuando se revisara la documentación en España, se vería que legalmente no habría ningún documento para registrarlo, ya que las otras copias de sentencias estaban sin apostillar.

El final del cuento resultó relativamente bueno. La sentencia era la de C. David, con lo que lo único que hubo que hacer fue entregarla en el Consulado, y devolverle la de Rafa a sus legítimos dueños.

El problema era que era el último día en Colombia y queríamos pasar el día en La Candelaria, el Centro Histórico de Bogotá; y con tanto papeleo se había pasado la mañana. El taxista nos llevó a un restaurante muy bonito, y en el que no tenían agua para beber, sólo zumos. En fin, sacamos fotos y videos de la última mañana en Bogotá. Se pasó un rato agradable de despedida. Lo importante era que ya teníamos a nuestros niños, sus visados, y que al día siguiente volveríamos a casa. La pena era tener que despedirse, pero ya habría ocasión de verse más veces en España.


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“Nosotros nos teníamos que ir, porque C. David se estaba empezando a poner pesado y tenía mucho sueño. Tendríamos que ir a echarle la sienta. Como Rafa ya se había echado la siesta en el coche, decidieron ir ellos solos a la Candelaria. Nos acompañaron a nuestra residencia, y allí nos despedimos, con mucha pena”

Raquel

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“Edgar, el taxista, se portó de cine. Aparcó el coche y luego nos acompañó a los sitios, haciendo de cicerone. Nos gustó sobre todo S. Francisco de Asís y también el mercado de productos típicos, que es muy bonito. Allí compramos unos telares (me chiflan los telares) que son esos cuadros de colores con escenas típicas hechos en plan tapiz, y las últimas cosas”

M. Carmen

4. El Regreso

Era día 18, justo un mes después de la llegada a Colombia. El día del regreso a España.

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“Llegamos al Dorado y no nos dejaron facturar conjuntamente. La chica que envuelve en film transparente, nos trajo una bolsa y nos tima, cosa que hace enfadar a Lucila. Pero no hay nada que hacer; hay prisa y no hay tiempo para reclamar. Rafa por primera vez, se monta en la sillita y así podemos sortear toda la gente.

Montamos en el avión. Ya estamos de vuelta. Rafa está cansado y tiene un berrinche. Luego duerme todo el viaje. Nosotros dormimos a ratos. Llegamos a Madrid con un fuerte retraso. Nos toca correr por Barajas. Ya pensábamos que perdíamos el enlace con Manises. Y aún más cuando se nos olvida en el último control una bolsa. Juan tiene que ir a contramarcha por la escalera mecánica y llegar. Por supuesto que la terminal que es la última. Yo ya no podía ni con mi alma. Llegamos a tiempo e incluso nos da tiempo de ir al baño.

Estamos agotados. Montamos en el avión y el viaje es cortito. Llegamos a Manises, y no salen las maletas. Nos dicen que vayamos a otra cinta. Salen todas las maletas menos la nuestra. Esperamos 15 minutos más y por fin aparece la maleta. ¡Qué alivio!

Por fin estamos en casa”


M. Carmen, Juan y Rafa

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“Nos levantamos, y como hasta por la tarde no salía el vuelo, decidimos ir, por fin, a visitar Bogotá. Nos llevaron las monjas al centro, compramos bolsos, tomamos café y pasamos por el Museo del Oro (estaba en obras y no lo pudimos visitar), la plaza Bolívar, la Catedral, y todo el centro.

Habíamos quedado con Lucila en el aeropuerto a las 16.30. A las 17.00 salía el vuelo de M. Carmen y Juan, pero no los veríamos, no daba tiempo.

Nos despedimos con mucha pena de las Hermanas, y por fin nos dirigimos a El Dorado. Facturamos maletas, sin problemas, y esperamos las tres horas que nos quedaban para salir hacia España. Cristian David se portó muy bien, y se tiró una hora entera pegado en el cristal de la sala de espera viendo los aviones.

Sería la última vez que pisaría tierra colombiana, al menos hasta que le volviésemos a llevar de regreso a visitar su país, sus raíces, su tierra”


Raquel, Antonio y Cristian David.