Ayer me llamó el abogado de mi hermana y me dijo que tenía que dar un poder notarial para que su bufete se ocupara del asunto.
Me ha dicho que el proceso nuestro ha sido un desastre y que tiene más agujeros que un colador.
O sea, que tenemos bastantes posibilidades de ganar.
Por supuesto que vamos a demandar por daños morales, pero cada hermana por separado.
Y protegernos de cualquier otra artimaña por parte de Fátima y su madre.
El problema es que los abogados cobran, y que hay que pagarles. Luego, nos devolverán el dinero, pero antes, hay que ponerlo.
Como no quiero dar pistas al enemigo, que igual lee este blog (cualquiera sabe) no digo por qué creemos que conseguiremos que nos den dinero.
Mañana será la última entrada. Nos vamos con unos amigos a comer, y luego, al museo de la Almoina.