El mundo en mis manos

Nuestra filosofía de vida, a través de este hermoso texto

La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloree con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.

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lunes, 14 de julio de 2008

tarta de frutas y domingo en Bengar

Ayer domingo, nos fuimos a Bengar, la casa de nuestros amigos Carlos, Rosa y Nuria.

Hice esta tarta de frutas.

Se estira el hojaldre, se le hacen unos bordes y un aspa. Se pincha todo menos los bordes y el aspa.

Pintamos y cocemos el hojaldre al horno.

Aparte, hacemos una crema pastelera.
Una vez hechos el hojaldre y la crema, cubrimos con la crema el hojaldre.

Cortamos una nectarina en medias lunas, y un par de kiwis también.
Rellenamos alternativamente los huecos del hojaldre.
Pintamos con miel el kiwi y con mermelada de melocotón las nectarinas.
Echamos por encima unos piñones tostados y unas grosellas.
Como a Rafa le gusta tanto la fruta, es ideal para él.


Tenía Rafa los dos trajes de baño en la lavadora, así que fue desnudo y feliz.

El agua estaba helada y se dedicó a jugar con el recogedor de la piscina para tirarle agua a Ikatz, la perra.







Le dieron unas gafas de piscina y estaba supergacioso










Por la tarde, Rosa sacó un montón de plastilina, y estuvo jugando. Se dedicó también a sacar sombreros y se los puso. Estaba muy gracioso








La horchata le gusta. En esta foto se dió cuenta de que le estaba sacando una foto y miró de reojo.














Carlos le enseñó a partir piñones.

No tiene una técnica muy depurada, pero le pone empeño.












Y el caso es que al final conseguía abrir los piñones con efectividad














Con este sombrero parece un granjero, jajaja















Donde había más piñones era en la azotea de la casa. Cogimos una escalera, y subimos a recogerlos.








Rosa recompensó el empeño, pelando los piñones.

Sobraron muchos y nos los hemos traído a casa, donde con un martillo los romperemos.

Fue un domingo precioso