El mundo en mis manos

Nuestra filosofía de vida, a través de este hermoso texto

La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloree con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.

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jueves, 14 de agosto de 2008

Mujeres


Estaba yo anoche tratando de domir. Son fiestas en mi pueblo y esperaba alguna traca, pero fue una noche tranquila.
 

  La noche es momento de reflexiones y debido a que estoy con mi amiga, la de todos los meses, me puse a reflexionar sobre la realidad de ser mujer.

Tenemos la costumbre de ver documentales (no decimos que los vemos, es que los vemos) y así tengo en mi cabeza un puzzle de varias piezas. 

  Respecto al género femenino Dios nos ha otorgado una de cal y otra de arena. O sea, de esas de "gracias por la flor pero me cago en el tiesto" Se descubre que somos unas mamíferas la mar de raras. Y que nuestro parentesco con los simios antropomorfos (o sea, chimpancés y demás) debe de ser de un tatarabuelo muy muy lejano. 

  Al margen del pelo, cosa obvia, que las mujeres no tenemos (de los hombres ya habrá tiempo de comentarlo), resulta que somos las únicas mamíferas que siempre estamos en celo. Esto en teoría, porque una no tiene siempre el cuerpo de jota. Máxime cuando a mediados del ciclo menstrual empiezan las hormonas a bailar samba. Y entonces no tenemos cuerpo ni de jota, ni de ka, ni de incluso, eme. Pero bueno, teóricamente, estamos en disposición de ser fecundadas.

También somos las únicas que tenemos menstruación toditos los meses, que por eso se llama menstruación digo yo. Lo de regla, ya no lo tengo tan claro, porque regla no es, cada mes es un mundo de ilusión y fantasía. El resto de los bichos mamíferos con un par de veces al año, van que se matan y además coincide con su celo. Que digo yo, que a las mujeres podía habernos hecho el favor el Creador. Así ya no había más preservativos ni anticonceptivos, y también nos quedaríamos embarazadas dos épocas al año. Matemática pura, que se llama.

Otra cosa es que somos las únicas mamíferas que tenemos los pechos hinchados a perpetuidad (unas más, otras menos; y otras mucho más artificialmente). Estas glándulas, que tanto atraen a los machos, (ibéricos y dejados de ibericar) no son para nosotras tan excitantes, excepto en determinados momentos, que todas sabemos y que todos deberían de saber. 
  A la hora de hacer deporte, los senos no son lo más gratificante. Existen sujetadores que sujetan de lo lindo. Y además, estos sujetadores sirven para culturizarse. El que tengo yo tiene tropecientas piezas, que te vienen explicadas como si fuera un mecano. 

La posición bípeda nos ha traído más problemas a las mujeres que a los hombres. Al margen del dolor de espalda, que compartimos con nuestros compañeros, tenemos otras gaitas. La primera que se nos cuenta, deriva de nuestra pelvis pequeña y de lo cabezones que son los niños. Y, por cierto, dicen que sólo las humanas sentimos dolor en el parto. Yo vi a mi perra parir, y desde luego, no cantaba, pero esto es otro asunto. Como tenemos la pelvis demasiado pequeña para lo cabezones que son los niños, éstos organizan serios problemas a sus mamás al nacer. Ya desde pequeñitos dando por saco, que se dice. 

  Al estar de pie, los genitales femeninos desaparecen. Por eso, dicen los sesudos científicos, las mujeres tenemos los senos inflamados. Así mismo, somos las únicas con un buen culo. Que yo sepa, traseros los hay de todas clases, pero los científicos hablan sólo de los redonditos en plan melocotón. Para que se sepa que estamos disponibles, en plan semáforo, digo yo. 

  El asunto de las cartucheras, como también los caballeros tienen barriga, pues...a cada uno lo suyo. A nosotras nos salen cartucheras, porque la Naturaleza, que es muy sabia, nos dio grasorra para poder cuidar la prole. Ahora, ya no necesitamos grasa, pero la Naturaleza es pelín cabezona y sigue poniendo estos adornos nada estéticos.

Ah, y la afición nuestra por los rosas, rojos y demás dicen los etólogos que es porque nuestra función en la prehistoria era recoger frutos. Y claro, los que están maduros tienen esos colores. Que digo yo que las peras, manzanas, ciruelas y demás.....no son siempre rojas, y están de muerte. Pero claro, el color verde no es nuestro favorito. Ya lo dice el refrán: "quien se viste de verde, con su belleza se atreve Y con esto y un bizcocho, hasta la reflexión que viene