El mundo en mis manos

Nuestra filosofía de vida, a través de este hermoso texto

La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloree con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.

Libro de visitas

Cumple de nuestro amor colombianito

Lilypie - Personal pictureLilypie Kids Birthday tickers

Nuestro tesoro llanerito está con nosotros

Lilypie - Personal pictureLilypie Waiting to Adopt tickers

Nuestro aniversario de boda: El más feliz lo hemos celebrado con Rafa en Bogotá

Daisypath - Personal pictureDaisypath Anniversary tickers

jueves, 26 de febrero de 2009

Mi mala salud de hierro

Dicen que mala hierba nunca muere. 

  Ese es mi caso. Tengo tantos alifafes que mi organismo está ocupado en minucias y no intenta atentar contra sí mismo.

La gente cuando me ve, ve mis ojeras. No sé cuándo salieron.

Obviamente, no nací con semejantes manchones marrones.
Imagino que salieron cuando me dio una bronquitis asmática con 12 años. Y, que, luego, con los siguientes achaques, se establecieron en mi rostro para darle aspecto de más acelga.

Las ojeras, las disimulo con las gafas, y así me dan aire intelectual. Las gafas las llevo porque no veo un pimiento sin ellas. Pero, también es cierto, que añaden más aire intelectual al que me presuponen mis amigos.(los que no, dicen que me dan más aire de estúpida, pero no hago caso, jajaaj) 

  Detrás de esas gafas hay unos ojos de besugo. Eso me dijeron, como claro indicador de anemia ferropénica. Tuve locos a los médicos con esta tontería. Primero, me mandan al ginecólogo, porque mis reglas eran como las cataratas del Niágara. La ginecóloga, me manda anticonceptivos. Estupendo. Los anticonceptivos son un chollo. Te viene la regla regularmente (cosa extraña) y encima, al principio, la anemia cedió. Por poco tiempo. Mi organismo decidió que no le engañaban con pastillitas y, vuelta a empezar. Me mandan al hematólogo (que por cierto tenía muy poquita sangre en las venas) Las visitas al hematólogo eran muy curiosas. Siempre me soltaba eso de que estaba muy delgada y que si me gustaban las lentejas. A mi me gustan las lentejas, las alubias, los garbanzos y los filetes con patatas fritas. También me gustan las ensaladas. Dejamos la anemia en un imposible. 

  Un día, me desperté con tortícolis. Fui al médico pero pasaba el tiempo, y no se iba. Así que me mandó al traumatólogo. Me hace unas placas y me suelta: -El cuello lo tienes bien, pero tienes artrosis cervical" Me enseña las radiografías, y tengo el cuello que parece un tobogán. Me pregunta si me he dado una galleta con el coche. Hombre, amnesia no tengo, así que si me hubiera dado un leñazo con el coche, me acordaría. Creo que es defecto de fábrica. El traumatólogo me puso las cosas feas. Que si dolores por aquí, dolores por allá. 

  Sufro jaquecas y en una de estas, me tomo un cafelgot, y me sienta a cuernos. Me pongo a vomitar y acabo vomitando sangre: 12 días en la clínica. Desde entonces no soporto las burbujas. La grasa, no puedo ni probarla (antes no me gustaba nada). Resultado de esto, de cuando en cuando, mi estómago se pone caprichoso y me toca estar unos cuantos días a yogures y sopitas Vaya hombre En fin, que un alifafe más para el bote. 

  En otra ocasión, notaba que me molestaba la luz un montón en los ojos. Voy al oftalmólogo y me cuenta que es fotofobia debido a mis ojos claros y al astigmatismo. ¡Hombre! ojos tan claros no tengo. Me recomienda que vaya con gafas de sol en casa. Esto es absurdo. Me da unas gotas que me dicen que me oscurecerán los ojos. A Dios gracias, no pasó nada y la solución era más sencilla. Fui a mi óptica de toda la vida y me dijo que seguramente me molestaba la luz que se reflejaba en los cristales de las gafas. Dicho y hecho y solucionado. Sí que es cierto que cuando voy a tener la regla o algún resfriado, o sea, cuando mi organismo está de bajón me pega más fuerte la fotofobia. Y máxime con la costumbre que tienen algunas personas de poner las luces halógenas mu bajas. 

  Me caso y me vengo a Valencia. Como tengo que hacerme análisis regulares de sangre por el asunto de la anemia, me hago el primero. Y me sale colesterol alto. ¡Collons! Me pregunta las clásicas cosas: pero yo estoy delgada, hago regular ejercicio, no me gustan los dulces, no me gustan las grasas. Me empiezo a obsesionar y llego a no comer carne. El resultado de los análisis no cambia. Bueno, sí, la anemia se hace más fuerte. 

  A estas alturas del patio, como lo que me sale de las narices. Total, el colesterol caprichoso, sube y baja según su apetencia. Ya sabemos que el 70% del colesterol lo fabrica el hígado. El mío lo fabrica a toneladas. 

  Las lesiones musculares son rutina en mí. La más antigua, cuando estaba jugando y frené de golpe. Me averié el gemelo. Luego han venido diferentes y variadas tendinitis. La última lesión cuando estaba bailando y giré y apoyé la pierna. Paso de ir al médico. Me dan miolastán, que me deja más tontola de lo que estoy. Prefiero padecer estos pequeños inconvenientes. 
  Y como dijo una vecina de mi pueblo, que en paz descanse.: - Si tengo dolores, es que estoy viva. Los muertos no tienen dolores He dicho

Panga Almudena

Esta receta es una variación de una que ya hice y se la dedico a Almudena.

Freímos unas rodajitas de patata y las ponemos en una fuente.
Salamos poco el pescado, cortamos los filetes longitudinalmente y cada tira, la cortamos a la mitad.
Marcamos bien y ponemos encima de las patatas






Hacemos una bechamel, añadiendo unos espárragos trigueros picados. Salamos un poco la bechamel. Napamos el pescado


Trituramos jamón serrano y lo espolvoreamos por encima
Gratinamos

Listo.

He de decir que a Rafa le dio igual y tardó una hora en coméselo, como siempre.

Pero al otro niño de la casa, es decir, mi marido, le chifló.

Esto es para tí, Almudena, en muestra de mi agradecimiento


Qué aproveche