El mundo en mis manos

Nuestra filosofía de vida, a través de este hermoso texto

La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloree con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.

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martes, 7 de abril de 2009

Diario de la mano izquierda: aventuras y desventuras

El jueves pasado me levanté, como todos sabéis con un insoportable dolor en el pulgar de la mano derecha.
El dolor era tal que sólo podía llevar la mano en cabestrillo. Cualquier movimiento me hacía ver aún más estrellas.


 Había llegado hasta llorar de dolor. No soy particularmente muy llorona ante el dolor. Pero este era especial. Dedicado a mí, claro. 

  Después del primer voltarén, pasado un prudencial tiempo, me sentí mejor. Aún no podía mover ningún dedo de la mano derecha, pero se me había quitado el dolor. Sólo me dolía cuando trataba de mover la mano. 

  Llega la noche, y claro, tengo curso de Ciencias Religiosas. La tecnología me ayuda y me grabo la clase en el Mp3.

 Intenté escribir, pero me salió la letra parkinsoniana. No hay manera de escribir sin el dedo pulgar. Hasta hoy , y lo que te rondaré morena si no me llaman soldado.

 Una trata de hacer cosas. La primera e indispensable, comer: problema. Con la cuchara y a base de práctica he conseguido comer sopa y desayunar cereales. Un triunfo. 
El cuchillo, mejor no lo mento porque no sé lo que es.
Tarea dos: vestirse. Problema principal: los corchetes del sujetador no hay hijo de su madre que los suelte y los ate con la mano izquierda. 
Mi marido ha sido el experto que los ha puesto y soltado.

Otra bonita cosa es ponerse un pantalón. Bien hasta llegar al botón. Meterlo por el ojal es tarea imposible. Solución: chándal de goma elástica en la cintura. Pero claro, si llueve....no hay manera. 
Así que como era fin de semana, tiro de marido. Pero.. ¿y los cordones?. El primer día no pude hacerlo sola. El segundo, haciendo malabares, lo conseguí.
Tarea 3: limpiarse los dientes: cojo el cepillo con la mano izquierda, pero no consigo más que limpiarme la parte derecha de los dientes. Cojo como si fuera un hacha el cepillo con la mano derecha, sin, por supuesto, usar el pulgar. Con esta técnica depurada consigo más o menos limpiarme los dientes.

Tarea 4: lavarse el pelo. Definitivamente, sólo tengo paciencia para echarme champú y listo. Y que el pelo lo seque el viento ¡cualquiera usa el secador! Tantas y tantas cosas que no puedo hacer. Incluso...sonarme la nariz. Como Rafa coge las cosas y nosotros las recogemos, llevo ya 3 catarros en este curso escolar. Tiene esto una ventaja: estoy haciendo mucho ejercicio. Como sólo tengo una mano, tengo que hacer dos viajes normalmente. O más. 

  El problema viene porque las tareas domésticas, generalmente necesitan 2 manos. Está la casa, que ...... Menos mal que mi marido hace de amo de casa cuando llega a la idem. Yo paso divinamente el polvo, recogo las cosas y poco más. Definitivamente, estoy inútil de narices. Y el dolor que se ha quedado ahí para darme por saco. Antes se creía que el dolor te lo mandaba Dios para purificarte. Pues yo ya estoy niquelada, ché. Un saludo y Feliz Pascua