El mundo en mis manos

Nuestra filosofía de vida, a través de este hermoso texto

La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloree con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.

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Nuestro aniversario de boda: El más feliz lo hemos celebrado con Rafa en Bogotá

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miércoles, 13 de enero de 2010

Visita a Nora en Legazpi, y otrass cositas

Con esta entrada, acabo con nuestra visita a Basauri.

Empiezo por el jodeespaldas. La palabra procede de tiempos en que ibamos a Laredo de vacaciones, y en los apartamentos las camas eran mortales. Mi hermano, a imitación del anuncio de Pikolín, pero modificando las palabras, les llamó jodeespaldas Pikolín.

Como mi otro hermano se casó y vive con su mujer en mi casa de Basauri, nos tocó llevar la Restform.
La compramos hace años en el Corte Inglés, y decía que era de matrimonio. Salía una pareja plácidamente durmiendo.

Nanay. Cuando duermen dos, la cama se hunde hacia el centro.
Hemos pasado una semanita infame. Te dormías, y cuando te girabas, te despertabas. Era como dormir en una cama de esas que cuelgan los alpinistas en mitad de una pared.

Claro está, que el próximo año, le tocará a mi hermano y a su mujer dormir allí. Porque la casa es tanto mía como suya.




Al día siguiente de llegar, fuimos a ver a Mikel, el sacerdote que nos casó.
Se ha jubilado y ahora se dedica a ir a visitar enfermos.
Nos recibió en el caserío familiar. Y así mi marido vio un caserío en vivo y en directo, al igual que mi cuñada peruana.






Por la tarde, habíamos quedado con Nora en Legazpi.
Como mi hermano soltero tenía ganas de conducir un coche (es novato) decente, Juan le dejó conducir.
Y tuvo su mérito, sí señor. La mayoría del trayecto era autopista. Pero el trocito restante era de carretera serpenteante con curvas con un desnivel de la pera. Y mi hermano, cumplió de cine.
Olé Patxón



Por fin llegamos a Legazpi, y tuve que hacer de traductora, porque el bilingüismo no ha llegado allí a penas, y casi todos los letreros están en euskera.
Nora llegó acompañada de su hija Nahiara. Guapísimas las dos. Rubias con ojos azules , parecían rusas







Había recepción real, y allí pasó una cosa muy curiosa. El rey le hablaba en euskera a Rafa, y Rafa le contestaba en valenciano.
El rey se dio cuenta, y al final le dio caramelos y le despidió en castellano.
Luego tocó ir por castañas asadas









Nos despedimos de Nora y Nahiara y prometimos volver a vernos.
Legazpi es un pueblo precioso, pero hacía un frío que no invitaba apenas a pasear.







El resto de los días fueron tranquilos, con tormentas de nieve.

La otra tormenta era la guerra entre mi perra Ikatz y el gato Fausto.

Ikatz, le tenía enfilado, y no le dejaba menearse sin que ella saliera corriendo tras de él.
Fausto, a cambio, cuando la pillaba desprevenida, aprovechaba para darle con la pata.
Era muy divertido, la verdad.

Y estas han sido mis vacas. Esta semana estamos durmiendo como marmotas somnolientas.