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La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloree con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.

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miércoles, 18 de mayo de 2011

Ya hace 3 años del viaje a por nuestro hijo

Ya estamos otra vez en Mayo y cumplimos 3 años de nuestro viaje.

En esta entrada os voy a contar el proceso de adopción, mientras véis que, a pesar del paso de los años, seguimos igual o más enamorados.

Sabéis que nos conocimos por internet, y nos casamos al año de conocernos.

Por nuestra edad, sabíamos que era complicado tener hijos biológicos, pero lo intentamos.




Al año de casados, me quede embarazada. Pero fue un embarazo en trompas (ectópico), que acabó en aborto, y estuve ingresada 10 días.

Se me quedó tocada una trompa, y me dijeron que tendría que recurrir a la in vitro.

Nos hicieron las consiguientes pruebas, y dijeron que tampoco se podía, que podía optar por la donación de óvulos.
En esto, los dos estábamos de acuerdo: el hijo que yo iba a llevar sería genéticamente suyo.
Y, al margen de mis dudas acerca de los embriones congelados y demás, sabía de los inconvenientes de las in vitro y de su alto porcentaje de fracasos.




Así, que nada más llegar a casa, llamé a la Generalitat para preguntar por el proceso de adopción. Siempre mi marido me lo había dicho: si no podemos tener hijos biológicos, adoptaremos. Un paso importante, ya que el ego de muchos (la sangre es la sangre) impide que adopten.

Fuimos primero a una charla informativa, donde nos explicaron las diferencias entre adopción nacional e internacional y los trámites.

Fue allí donde nos decidimos por Colombia:
En Colombia las adopciones son gratuitas.
En Colombia buscan padres para hijos, no hijos para padres.
En Colombia no hay orfanatos, sino casas de acogida
En Colombia los informes psicológicos y médicos son rigurosos




Y, entonces, lista de ECAIS (las agencias que facilitan las adopciones), nos recorrimos Valencia en busca de la mejor.

Y encontramos ADECOP, que nos pareció la mejor, puesto que era la más veterana en adopciones en Colombia.

Allí, nos facilitaron todos los trámites.
Primero, ir a unos cursos donde nos explicaron la experiencia de adoptar y ser adoptado. Aprendimos mucho

Más tarde, tuvimos que pasar por exámenes psicológicos, tanto individuales como conjuntos. También tuvimos que pasar entrevistas individuales y conjuntas.
Y por último, tuvimos que tener la visita a nuestra casa de la trabajadora social, que miró el emplazamiento, y nos preguntó la relación con vecinos y parientes.


Bueno: ya estaba todo hecho.
Al mes o así, me llama Pilar de ADECOP felicitándome por ser Idóneos. Llegó antes la llamada que la carta, cosas de Correos.



Ahora viene el siguiente paso:

Mandar papeleo a Colombia:
fotos, Declaración de la renta y demás.
Lo de las fotos, fue muy cuidadoso, ya que teníamos que hacer ver a los colombianos nuestro nivel de vida.

Otra cosa importante es el nivel de estudios. La cultura se valora mucho. Por esta parte, mi marido y yo estamos sobraditos.

Y también, muy cuidadosa, el escrito diciéndo a los colombianos por qué queríamos adoptar. Hay que adaptar el texto a la manera de expresarse de los colombianos (más dulce y melosa).

Esperamos un mes, y llegó la carta......Juan muy nervioso la tenía sin abrir.
¡Nos habían aceptado para un niño de 3 años!.

En Colombia, según la edad de los padres, te dan el niño. Y nosotros, por esa época andábamos entre los 3 a 5 años. Y nos asignaron el de 3 años.

A partir de ahí, la eterna espera.

Pintamos su cuarto con payasetes, compramos su dormitorio, esperamos, esperamos y desesperamos.

Las navidades del 2007-2008 fueron muy tristes. Recuerdo pasear las perras por los huertos, y decirnos que no merecía la pena tanto trámite y tanta espera.
Pero....El 7 de Marzo, nos llega una carta en la que se nos dice que nos han asignado la región de Meta, en Colombia.

Empezaron los nervios. Miramos en Google Earth donde estaba tal región. Hablamos con todo el mundo. Toda la gente estaba feliz. Vivimos en un pueblo pequeño y todos sabían de nuestra situación.
Llamamos a Pilar de ADECOP para consultarle si teníamos que sacar ya el pasaporte. Nos dijo que la espera en esa regional era larga, y que no nos preocupáramos.
Menos mal que no le hicimos caso. Como Fallas y Semana Santa ese año coincidían, Juan tenía días libres y nos hicimos los pasaportes.

El día 1 de Abril, tenía yo el teléfono apagado y cuando lo enciendo tenía muchas llamadas perdidas
Llega Juan (tenía turno de día) todo nervioso y me dice. ¡Tenemos un niño!. Yo, en estado de sock, no le entendía.
Después de más tranquilita, me puse casi a llorar de nervios. No probé la comida.
Habíamos quedado con Elisa, de la Generalitat, a las 17 h.

Allí estábamos como clavos, impacientes.
Nos enseña un tocho de hojas. Y yo le digo ¿Y la foto? Y me contesta: Cuando vea la cara que ponen ustedes, veré si les enseño la foto o no.
El informe era de caerse de espaldas. Mi pobre hijo padeció lo que no está escrito, el pobret.
Pero al final, los colombianos decían que el niño estaba sano.
Sinceramente, yo trinaba por dentro contra su biológica.

Nos dijo Elisa que lleváramos el informe a un pediatra y que el lunes siguiente fuéramos.
Lo llevamos a Maite, una pediatra amiga, y por la noche, ya teníamos su veredicto: el niño está estupendo, felicidades.

El lunes nos fuimos a la Generalitat y aceptamos.

Mientras, enseñé la foto a todo el mundo y parte de otros mundos. Estaba encantadísima.

Ahora toca planear el viaje.

Y hoy, cumplimos el aniversario del viaje