Pues si; lo reconozco: por primera vez en mi vida, he votado al PP.
Y la gente que me conoce y que sabe que yo de toda la vida he sido de
izquierdas (incluso tuve un cargo político local con los socialistas), se me habrán quedado pasmados.
Pero, de aquella época en que yo me chupaba campañas electorales, repartía rosas y demás, ha llovido mucho. Y vaya sí ha llovido.
Obviamente, se puede decir que soy de izquierdas moderada. Para mí, el radicalismo, sea del lado que sea, no se concibe.
Y claro; cuando a una persona moderada como yo, le viene el marronazo que vivimos, se replantea su votación.
Veamos: mi marido lleva dos años en el paro. Esto es lo que básicamente duele. A la clase media, cuando nos tocan el bolsillo, es cuando mordemos. Me da igual que esté el PP, el PSOE o la madre que parió a todos.
Y claro, no soy tan ingenua como para pensar que la culpa de la Crisis la tiene Zapatero. No, obviamente. Pero sí tiene la culpa de mentirnos al insistir en que no había crisis, y de reaccionar tarde y mal. A mi, me da la impresión de que hemos bailado al son de Europa. Cual marionetas, ala.
Aparte, tengo una sensación de que todo lo que ha hecho Zapatero, ha sido poner parches, improvisar. Y da una sensación de inseguridad, muy alarmante.
Otra parte de mi voto, ha sido por motivos éticos. Antes, una podía ser católica y socialista sin mayor problema.
Ahora no. Al menos es mi impresión personal. La famosa libertad de culto, la libertad de pensamiento, es para todos menos para los católicos. Nos llaman de todo, nos difaman alegremente.
Aparte, para una antiabortista como yo (que, como sabéis, no tiene nada que ver con mi credo religioso), esto de la ampliación de la ley del aborto, es inconcebible. Soy una pacifista nata. Asesinato de inocentes, no va conmigo.
Lo del matrimonio de los homosexuales, sinceramente, me da bastante igual. Pienso que tienen derecho a unirse igual que los heterosexuales y tener los mismos derechos. Ya, si cambiaran el nombre de Matrimonio por otra cosa, sería miel sobre hojuelas. Pero, vamos, que tampoco es que me afecte demasiado. Tengo buenos amigos gays y los aprecio mucho (incluso he hecho de Celestina alguna vez, me encanta el amor).
Pues eso: que he votado azul. Pero no es un voto a perpetuidad. A ver qué hacen los azules. Porque como lo hagan igual de mal que los rojos, voy a votar la próxima vez amarillo limonero.
He dicho
Y la gente que me conoce y que sabe que yo de toda la vida he sido de
izquierdas (incluso tuve un cargo político local con los socialistas), se me habrán quedado pasmados.
Pero, de aquella época en que yo me chupaba campañas electorales, repartía rosas y demás, ha llovido mucho. Y vaya sí ha llovido.
Obviamente, se puede decir que soy de izquierdas moderada. Para mí, el radicalismo, sea del lado que sea, no se concibe.
Y claro; cuando a una persona moderada como yo, le viene el marronazo que vivimos, se replantea su votación.
Veamos: mi marido lleva dos años en el paro. Esto es lo que básicamente duele. A la clase media, cuando nos tocan el bolsillo, es cuando mordemos. Me da igual que esté el PP, el PSOE o la madre que parió a todos.
Y claro, no soy tan ingenua como para pensar que la culpa de la Crisis la tiene Zapatero. No, obviamente. Pero sí tiene la culpa de mentirnos al insistir en que no había crisis, y de reaccionar tarde y mal. A mi, me da la impresión de que hemos bailado al son de Europa. Cual marionetas, ala.
Aparte, tengo una sensación de que todo lo que ha hecho Zapatero, ha sido poner parches, improvisar. Y da una sensación de inseguridad, muy alarmante.
Otra parte de mi voto, ha sido por motivos éticos. Antes, una podía ser católica y socialista sin mayor problema.
Ahora no. Al menos es mi impresión personal. La famosa libertad de culto, la libertad de pensamiento, es para todos menos para los católicos. Nos llaman de todo, nos difaman alegremente.
Aparte, para una antiabortista como yo (que, como sabéis, no tiene nada que ver con mi credo religioso), esto de la ampliación de la ley del aborto, es inconcebible. Soy una pacifista nata. Asesinato de inocentes, no va conmigo.
Lo del matrimonio de los homosexuales, sinceramente, me da bastante igual. Pienso que tienen derecho a unirse igual que los heterosexuales y tener los mismos derechos. Ya, si cambiaran el nombre de Matrimonio por otra cosa, sería miel sobre hojuelas. Pero, vamos, que tampoco es que me afecte demasiado. Tengo buenos amigos gays y los aprecio mucho (incluso he hecho de Celestina alguna vez, me encanta el amor).
Pues eso: que he votado azul. Pero no es un voto a perpetuidad. A ver qué hacen los azules. Porque como lo hagan igual de mal que los rojos, voy a votar la próxima vez amarillo limonero.
He dicho