El mundo en mis manos

Nuestra filosofía de vida, a través de este hermoso texto

La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloree con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.

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domingo, 1 de septiembre de 2013

Mea culpa


Ayer, viendo el Gran Debate un ratito (estaba viendo los Piratas de Caribe ), vi a Revilla, un señor que siempre me ha hecho mucha gracia y tiene razón en casi

todo.

Llegamos al asunto de adivinar qué pasará el año que viene, y tocó si el Papa Francisco iba a vender los "tesoros" del Vaticano. Como muestra, una imagen de cardenales en tonos amarillos y rojos.

El señor Revilla dijo que si Jesucristo resucitara, no se vería representado por la Iglesia, que es rica, y Jesús era pobre.

Primero: hay una confusión sobre Jesús: No era pobre, pero tampoco rico. Y tampoco quiso decir que los ricos no podían salvarse ¡faltaría menos!. Eso sí, los ricos lo tienen complicado, porque, generalmente, viven tan bien, que no piensan en Dios. Y algunos piensan que dando dinero, ya están salvados. Esa es la idea:

Hay que ser pobre en el espíritu.

Siguiente ¿Vender qué?. ¿El Vaticano? Hombre, podrían quitar las losas, y venderlas una a una, y se sacaría una pasta. Después desmontamos San Pedro y se lo vendemos a los americanos. Y el Papa recibe a la gente, debajo de un puente, que todo puede ser..

En este momento si qué yo, como parte de la Iglesia, os pido diculpas. Porque,  he acumulado riquezas, aunque, en el momento en que lo hicimos se veía bien.  Como Dios se lo merece todo, pues las iglesias se enriquecieron. Siempre hubo, entre nosotros, gente que no estuvo de acuerdo. Pero, como todos somos Iglesia, hay que aceptarlo.

Hoy en día, somos herederos de la historia. Y eso no se puede quitar tan fácilmente. Y es una utopía tratar de vender el Vaticano. No se puede, es una obra de arte, a la que visitan millones de personas (creyentes o sin creer).

Las ceremonias, tan pomposas, también son herederas de la Historia. Cierto que eso sí que podemos cambiarlas, y de seguro que Francisco las va simplicidar.

Lo que hay que pensar es que, no podemos comparar la época de Cristo, en la que los cristianos éramos poquitos, al SXXI, en la que somos millones, y no nos podemos reunir en una catecumba.

Pero, creo yo, que sigue una persecución contra los católicos, y nada que se hace

está bien. El Papa Francisco ha caído bien. A mi también. Y cuando dijo que la Iglesia no era una ONG, mejor aún. Y cuando dijo que la Iglesia tiene que ser pobre, también, qué porras. Yo soy franciscana y me gusta las cosas sencillas. Pero hay hermanos que les gusta y les parece que adorar a Dios en un sitio sencillo es como invitar a amigos y darles pan y ajo. Que también ellos tienen sus razones claro.

Como católica entono la mea culpa, claro. Hemos sido descuidados, y nos hemos confiado. Hemos aceptado pulpo como animal doméstico, y claro, ha pasado lo que tenía que pasar. Tarde o temprano, nos tenían que acusar de todo. Y en todo va lo cierto y lo que es mentira, todo en el mismo saco. Y claro, como la gente tiene tendencia a creer todo, pues, lamentablemente, se oyen cosas como la del señor Revilla (que por cierto, no sabe que Jesús ha resucitado ya, no hace falta resucitarlo).

Pero, para un católico (lo digo para los no católicos) en realidad lo que nos funciona es que el Papa es el sucesor de Pedro ( y mira que ha habido papas infables). Que los dogmas vienen de Dios. Creemos que Jesús ha resucitado, veneramos a la Virgen y los Santos. Creemos en el  Espíritu Santo. Creemos en los sacramentos, creemos en que en la Hostia está Jesús. Creemos en la Vida Eterna.

El resto, todo es manifiestamente mejorable, claro. Pasito a pasito. Pero soltar

lo de vender el Vaticano, pues es como decir que el presidente del Gobierno, viva en un piso alquilado. O el Dalai Lama, por ejemplo.

Lo que me da muchísima pena, es que nuestros hermanos crean estas cosas. Pero, mea culpa, no hemos sabido hacerlo bien.

Pero, lo bueno que tenemos, es que sabemos que la Iglesia jamàs va a desaparecer,
porque la maneja el Espíritu Santo. La Iglesia, como heredera de Jesús, es sagrada; los que la componemos, obviamente, no, ni de lejos.