Esta entrada de hoy es para hablar de la catástrofe en Japón.
Se me ocurren varios enfoques sobre el tema.
La Tierra tiene una serie de placas, que suelen coincidir generalmente con los continentes, que flotan en magma, igual que los carámbanos en un mar helado.
Todas las placas se mueven en una u otra dirección y cuando dos placas chocan entre sí, se produce una línea de fractura, llamada Falla (y no son las de Valencia, no señor). Siempre una placa intenta ir por encima de la otra.
No siempre el empuje es el mismo, y no en todos los sitios la fuerza es la misma. En algunos sitios, se producen pequeños empujes (seismos inindectables para la gente), que ayudan a relajar la tensión.
En otros, no es así, y cuando hay demasiada tensión, ésta se libera de golpe.
Generalmente las zonas sísmicas coinciden con las zonas volcánicas. En el caso del Japón, con el cinturón de fuego del Pacífico.
En Japón, la placa del Pacífico choca con la euroasiática, y produce continuos terremotos. Los japoneses están muy acostumbrados a ellos.
El problema es cuando en lugar de terremotos normales, se produce un gran terremoto, seguido del tsunami correspondiente. Para estas cosas, Japón, que es uno de los países más desarrollados de la Tierra, no está preparado.
Se me ocurre que si esto llega a pasar en Haití, no deja supervivientes. Pero Japón estaba preparado y el daño, inmenso por otra parte, no ha sido total.
Eso sí, el desastre nuclear, asusta.
No estoy en contra de la energía nuclear, pero me asombra que un país tan sísmico no hubiera previsto un gran terremoto y adecuado sus instalaciones. Se habrían ahorrado esta terrible consecuencia del terremoto.
De todo esto yo saco varias conclusiones:
Cuando la Naturaleza habla, el ser humano se minimiza. Japón, ese gran país, con toda la tecnología en su mano, con toda esa cultura que inhibe las muestras de dolor, ha caído en manos de la Naturaleza. Es lo malo de creerse alguien., Que la Naturaleza te pone en tu sitio.
Otra conclusión es que la energía nuclear, nos enseña que toda preacución es poca. Y que hay que revisar todos los sistemas. Como siempre, hace falta que pase una desgracia, para que la gente se ponga las pilas
La verdad es que se me rompe el alma al ver a los japoneses, tan hieráticos siempre, llorando. ¡Qué impotencia!
Pero, estoy segura que Japón levantará cabeza. Ya lo hizo después de la salvajada de Hiroshima y Nagasaki (una receta de los americanos, que regaladon generosamente a los japoneses).
Y, como son tan trabajadores y con tanto espíritu de superación, conseguirán salir de ésta..