El mundo en mis manos

Nuestra filosofía de vida, a través de este hermoso texto

La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloree con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.

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sábado, 12 de diciembre de 2020

El coche de la curva o agárrate que llegan curvas (elegid lo que os guste)

 Yo tengo un perro. Y me comporto cívicamente. Os preguntaréis a cuento de qué

tiene que ver el perro con el coche de la curva.

Pues os cuento. Cuando saco a pasear al perro, lo primero que hago es plantarme en mitad de la calle para que mee. Porque los perros tienen la costumbre de mear en las ruedas. A nadie nos gusta tener meadas en las ruedas. Pero hay gente que se pasa esto por el arco de triunfo.

En mi acera, hay una panadería que justo hace esquina.

Y hay gente que debe de tener problemas de movilidad, porque es incapaz de aparcar el coche a no menos de 1 metro de la panadería.

Y si es en la curva, pues da igual.

Es el famoso coche de la curva. 

Llego yo con mi perro, intento dar la curva sin que me atropelle un coche. Pero con el coche de la curva tengo que dar una vuelta en parábola abierta. 

¿Podría ir por la acera? Si, pero hay riesgo de que mee en las ruedas. Y ahora, con las medidas de protección siempre hay cola en la panadería.


Ya metidos en incívicos, tenemos el ejemplo del coche que aparca en mitad mitad. Una variante de este aparcamiento, es el aparcamiento al bies, o sea, en diagonal, para ocupar más espacio.

Sigamos con dislates al volante. Seguro que os habéis encontrado un buen día con que tu coche está encajado porque el coche de turno ha aparcado a milímetros del tuyo.

Continuando con el tema automóvil, pasamos a los intermitentes. Que algunos los tienen para hacer bonito.

El Consum de mi pueblo hace esquina. Los que quieren entrar por la calle o ir al aparcamiento, tienen que girar.

Un buen día que estaba yo con mi perro esperando a alguien, hice la comprobación de los que ponían el intermitente al girar. Lastimosamente, casi ninguno.

Y no es casualidad. Cuando llega mi paseo matutino de perro, hay un sitio en el que casi casi es obligatorio girar. Si no giras das una vuelta de la pera y llegas al mismo sitio. 

Pues rara es la vez que alguno pone el intermitente. 

La razón, la ignoro. Las circunvoluciones cerebrales de los conductores son tan grandes como su estupidez.

Yo no conduzco, pero soy una copiloto estupenda. Y también una excelente peatona, con lo cual las barbaridades que hace la gente al volante, me afectan.

Lo de las rotondas, es para darles de comer aparte. Una lotería si quieres pasar. ¿Marcará? ¿No marcará? ¿Será una rosa?¿Será un clavel?. Mejor esperar no sea que te atropellen.

En fin, que este es mi post de hoy, después de haber padecido el coche de la curva