Me avisaron el viernes de que tenía fecha para ayer para vacunarme. La vacuna es la pfizer, que tiene nombre de cerveza.
Es la que han puesto a los abuelos y la que parece, da menos por saco.
Por haber, me he informado que hay varias vacunas
Fuimos al Centro Cívico y ahí estaba media Faura y el resto de los Valles. Isidoro, que es de mi quinta, venía conmigo al matadero.
Había aparcamientos ex profeso para la gente que veníamos a vacunarnos.
Cola larga pero que iba rápida. Y en un suspiro, vacunita, y a esperar en una sala 15 minutos por si nos daba alguna reacción rara.
Salimos, nos fuimos a tomar algo, y a casita, que se está caliente. (Por cierto, vaya calor).
Hoy también era el primer día que dejábamos a la Gora sin cerrar en el comedor. Y se ha portado de lujo sin dar guerra ninguna.
Nos hemos levantado y me duele el brazo. Es normal. He leído que eso le pasa al 80% de las personas. También he leído que la segunda toma es la que más problemas da, crucemos los dedos.
El día 6 en Faura tengo cita para la segunda dosis.
No nos explicamos por qué la primera es en Sagunto y la segunda en Faura. Pero yo soy ovejita y acato lo que me dicen.
Me pasa como con las mascarillas de las narices. Yo no me planteo si sirvenmucho o poco, o regular, pero yo me la pongo porque me lo piden.
Pero cuando veo que no hay nadie, me la bajo, porque es un agobio brutal.
Estoy leyendo que el Simón dice que dentro de poco dejarán ir sin mascarillas al aire libre. Ese día seré un poco más feliz.
En fin, un día histórico. Que cuando vacunen a Juan y a Rafa será completo.