El mundo en mis manos

Nuestra filosofía de vida, a través de este hermoso texto

La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloree con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.

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Nuestro aniversario de boda: El más feliz lo hemos celebrado con Rafa en Bogotá

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viernes, 24 de julio de 2020

Penúltima subida de Julio a la ermita de Benifairó

Hoy, como todos los viernes, tocaba subida a la ermita.

    Por el camino, pensaba yo de qué iba a hablar en esta entrada.




¿Por qué es conocida Valencia? Entre otras cosas, por sus naranjas.
Pero esto está cambiando. Dentro de poco se conocerá Valencia por sus aguacates. Cada vez más campos de naranjos se transforman en aguacates.
Es la ley de la oferta y la demanda. Los agricultores no tienen naranjos por lo bonitos que son, sino por el rendimiento que dan. Y si te cuesta más el mantenimiento que lo que sacas por las naranjas, está claro que no funciona. Y por eso, tantos y tantos agricultores se pasan a los aguacates.


La subida a la ermita por las escaleras, con aguacates a la derecha, y naranjos a la izquierda











Por la entrada de la carretera que va a parar a la ermita, alguien había opinado sobre la orientación sexual del alcalde de Benifairó. Que si es gay o gayna, a estas alturas del patio no me parece un insulto. Es como si pusiera: Alcalde hetero. Pues, eso.












Por el camino, la olorosa higuera. Me encantan estos árboles, tan frondosos, tan aromáticos y que se dan en todo tipo de terreno.






 Siguiendo la carretera hay un puente sobre un barranco. Me gustan los barrancos, son caminos al infinito, llenos de vegetación.

¿Véis que por mucho que suba por el mismo camino, siempre tengo cosas que contar?.




En el silencio del camino, en el que suena el silencio, quiero decir, estoy pensando en zarzuelas. Últimamente las estoy escuchando por pares. Y ayer tocó La Gran Vía. Y descubrí que me sabía casi todas las canciones: Caballero de Gracia me llaman, los 3 ratas, Pobre chica, la que tiene que servir; yo soy un baile de criadas y de horteras.
Me las sé porque las tocaba mi padre y mi madre las cantaba.
Me gusta mucho esta zarzuela, en la que las calles toman forma de personas.

Hace calor,  porque es verano. Verdad de perogrullo. Pero, es cierto que odio el verano. Le decía a mi hermano Patxi el otro día, que en Valencia hacer buen tiempo es cuando llueve y está nublado.









En fin, que cada vez que Lorenzo está mucho más tiempo con nosotros del que la prudencia exige, me quejo. Para nada, pero me quejo.
He dicho

jueves, 23 de julio de 2020

Días de verano, noches de calor

Estamos acabando Julio, el mes más caluroso en esta zona.
Sabéis que vivo cerca de la playa, pero no la frecuento mucho. Mi marido tiene la piel blanquísima, necesita un protector súper alto. Y tampoco le hace mucha ilusión.

El martes, hubo actividad de Juniors en la playa de Corinto, una de tantas que hay en nuestra zona. Dejamos a Rafa con sus compañeros, y nos fuimos a pasear a la playa.
Una playa de piedras, como casi todas las de por aquí. Se veían montañas de arena, con la que intentan cubrir las piedras.
Según me dicen y repiten, esta situación de playas llenas de piedras procede de la construcción de un puerto deportivo y su espigón correspondiente. O sea, que para que los ricos tengan barquitos los pobres nos jorobamos y tenemos las playas llenas de piedras. Lo de siempre, vamos a ver.

Ayer mi marido me propuso bajar al Puerto de Sagunto a hacernos un helado. El primer helado de la temporada.
Había tormenta, pero cayeron cuatro gotas.
Nos encanta una heladería que hay en el paseo marítimo. Hay helados de muchos sabores. Yo me pedí de tutti fruti y turrón. Y mi marido de capuchino y fresa.

Luego, nos fuimos a pasear. Estaban colocando los puestitos del mercadillo.

Lo malo es la mascarilla, que agobia muchísimo con este calor intenso que hace.

Y ahora hablo de las noches tropicales. Son un sinvivir. Tengo ventilador y la ventana abierta. Pero aún y así, me despierto con el cogote empapado. Le doy la vuelta a la almohada y así toda la noche. Me levanto tropecientas veces, con la espalda empapada, y con sed.
Total que cuando me levanto por la mañana, estoy cansada. Y malo es de buena mañana estar cansada. Nos queda el resto del día para batallar lo mejor posible.

Lo de cocinar, siempre recuerdo a mi suegra, que decía que no le gustaba cocinar en verano. Pues, chicos, a mi, tampoco. Pero como en verano también comemos, no hay opción de pasar del tema..

En fin, que se acaba julio y ya tenemos Agosto. Agosto va a ser un mes con muchas actividades: nos vamos a Viver el día 5, el 11 trencito por el Grau Vell, el 14 cena con vecinos y amigos, el 15 cantamos misa entera, y el 23 otra misa. Me falta que el día 4 prepararé la comida para el 5 y que el día 13 prepararé parte de la cena del día 14.




viernes, 17 de julio de 2020

Viernes 17 julio ermita: sólo mi marido y yo

Julio es el mes más caluroso en Valencia. Este domingo tuvimos una prueba de las consecuencias del calor. Y mi amiga Ade salió escaldada.

Por eso, decidió que era mejor irse a la playa que a la ermita. Decisión muy acertada, desde luego, para los que les gusta la playa. Ahí no hace el calor que aquí.

Nosotros, pues nos gusta más el monte. O sea, que todos los viernes vamos a la ermita. Un poco más pronto, para tratar de eludir al sol.

Y como me dijo el otro día mi compañero de coral Edu, todos buscan el fresco, pero éste no se deja encontrar. Al que lo encuentre, que envíe un whatsap.

El trayecto a la ermita se puede hacer de varias maneras: directamente subir escaleras, y luego, bajarlas. Yo de escaleras, todavía estoy empachada. Sólo de pensar en subirlas, me entran sudores.
Se puede también subir escaleras y bajar dando un rodeo por camino y carretera de huertos.
Y lo último y que es lo que hacemos: subir dando el rodeo, y bajar escaleras. Es más fácil bajar que subir. Aunque bajar hace que me duelan más las rodillas. Que una está ya muy mayor.

Feliz viernes, ya es finde




Celebración de mi santo

Llega el 16 de Julio y empiezan pronto los whatsap. El primero de mi amiga Amparo, muy madrugadora.
Luego, el resto: mis compañeros de coral, mi amiga Ade, el señor cura...Se agradece mucho a todos.

El primero que me ha felicitado, lógicamente, ha sido mi marido.

Este día lo recuerdo con cariño, porque me acuerdo de mi madre. Hoy no había misa en Faura. Pero cuando sí que hay, me acerco a la Virgen para rezar un rato. Es un homenaje a mi madre, que también se llamaba Carmen. Cuando era nuestro santo, nos regalábamos algún detallito sin importancia. Lo importante era acordarse.

Primero habíamos ido a comprar unas gafas a Rafa. He de decir que vamos a Multiópticas. Affelou es el ejemplo de que lo barato sale caro.
Rafa necesitaba graduarse, y, efectivamente, le ha aumentado la miopía y el astigmatismo.
Gafas nuevas que tenía que elegir: fue directo al negro (se nota que no ha vivido una época en la que sólo había ese color para elegir). Y otras granates (para variar el menú oscuro). Le hemos dicho que hay que cuidarla. Que ya tiene 15 años, y no es cuestión de tener gafas de silicona, como si tuviera 8 añitos. El ejemplo soy yo misma, que a su edad, ya tenía gafas. Y no las he roto nunca.

Para mi santo, hemos ido a la Lyonesa del Puerto de Sagunto, un sitio estupendo, que hace comidas para llevar a 6 euros el menú de dos platos. Mi marido eligió arroz al horno y croquetas. Mi hijo, arroz al horno y pollo asado con guarnición de verdura. Y yo: pollo asado con guarnición de verdura y croquetas.
Había unos merenguitos que me llamaron la atención y pedimos uno  por cabeza.
Estaban muy buenos, con una tartaleta rellena de crema de limón.

Llegamos a casa, y ¡ay! se nos habían olvidado las bebidas. Mientras ponía yo la mesa, mis chicos fueron al súper a por bebidas.

Hicimos las fotos con el trípode nuevo. Está bien, pero un poco duro de colocar la cámara.

La comida, estupenda. El arroz al horno no puedo probarlo porque me sienta mal al estómago, pero olía de lujo.
El pollo muy bueno y la verdura, estupenda.

En fin, todo muy bien.

Me dolía un poco la cabeza, me tomé un antalgín y nos fuimos a la siesta. Y me levanté con dolor de cabeza. Y así todita la tarde. Tuve que acostarme, y así hasta esta mañana, que se ha ido el asqueroso dolor de cabeza.

Feliz día a todas las Cármenes, Salve reina de los mares







lunes, 13 de julio de 2020

Ruta de los puentes Chulilla

Hoy os presento la ruta que hicimos ayer, a los puentes colgantes de Chulilla.

El día se presentaba estupendo, no hacía demasiado calor, y había una ligera niebla.
Llegamos, pagamos el euro por persona (barato) y nos dispusimos a caminar.
Yo había visto la ruta de los puentes y parecía sencilla. Mi ruta acababa en el último puente y media vuelta.

El entorno era fantástico, y las vistas espectaculares. Las hoces del Turia son una pasada, con barrancos que dejaban ver los colores de la roca, tallada por el curso del río.

Os explico que Hoz, o hoces, son los barrancos por donde se encaja un río

El camino, bien, con más arena que muchas playas de por aquí. Bromeábamos con Amparo, diciéndole que fuera cogiendo arena para ponerla en la playa de Almardá (que es donde tiene su casa de playa, y que es también donde la playa tiene piedras).
Antes de llegar a los puentes, había un chico de la organización vigilando el patio. Imagino que estaría por si había alguna emergencia tipo  caída, o yuyus varios.

Llegamos al primer puente, el que está más elevado. Y lo primero que ves, son las tropecientas escaleras que hay que bajar (y que a la vuelta hay que subir, claro está).
Precioso, y mi gente moviéndo el puente para darle emoción al asunto. Pero para sacar foto en inestable equilibrio dio pie a que les llamara cosicas. ¡Estaros quieto, caramba!

Sigue el camino, con algunas piedras desgastadas que resbalaban. Yo con mi seguro que se llama Juan, que está por si culada corda.

Llegamos al siguiente puente, el que es más bajo, y pasó lo mismo. Mi gente (se dice el pecado pero no el pecador), dale que te pego al meneíto del puente.

Una cosa que nos asombró fue ver a los escaladores. Y en mitad de la pared de roca, se veía algo rojo y era una persona trepando por ahí.
Me gusta mucho la escalada.

Llegamos al último puente que no es colgante sino una pasarela. El río llamaba diciendo: frescor.

Y he ahí que no dimos la vuelta, no, seguimos pateando hasta el embalse de Loriguilla.

Os cuento que estos puentes, originalmente eran para los trabajadores que hicieron la presa. Para atajar.
Duraron los puentes hasta que una riada se los llevó. Y entonces construyeron los que véis, que ya son para turismo.

El embalse, precioso, y todo muy bonito. Yo seguían pensando en las escaleras.

La vuelta, pues me resultó corta, hasta llegar hasta las p. escaleras. Y (me han dicho que no lo cuente, pero lo cuento), llegó un momento en que mis cerebro reptiliano decía que parara. Y mi cerebro racional, que no. Vamos, que me dio una pájara de padre y muy señor mío. He leído las causas. Pero básicamente, se juntó un sobreesfuerzo, un calor sofocante y deshidratación. No habíamos llevado suficiente bebida. Y que a mi, las escaleras, son la perdición de mi ego.

Le dije a mi marido: me encuentro mal, vamos frenando. Pero no me paré. Casi reptando por las escaleras (y encima había cola por la gente que venía) llegué arriba. Creía que me daba algo, con unas ganas de llorar de aúpa. Pero soy dura. Y a los 8 minutos, se me pasó, y seguí caminando. Cansada pero seguí.

La que iba divinamente era Amparo, una artista. Tan chulamente, con sus ventiladores (será por eso)

Cuando por fin llegamos al inicio, esperamos al resto de la gente. Y fuimos al coche. Curiosamente tenía ganas de ir al baño. Y lo clásico, detrás de un coche. Y veo luego a Rafa que me enseña una botella de Nestea. Y como un náufrago cuando ve un barco, allí me lancé. Y porque sabía que no había más botella, que si no, me pimplo la botella entera. Ché qué calor.

Definitivamente somos unos campeones: nos hemos hecho 15 kilómetros en pleno Julio. Con dos narices: viva los cincuentones, jajajaj

Llegó la hora de comer. Y ahí yo puse mi granito de arena. Había visto en internet que había un sitio que se llamaba El Pelma. Puse el google mapa, y llegamos. El sitio era muy bonito. Y lo mismo pensaron las moscas que estaban encantadas. Gajes del verano.

Sacamos viandas: Yo una ensalada de pasta. Mi amiga Ade, otra de las ensaladas que tanto gustan a Rafa. Amparo, unas pizzas. Ade, trajo una tortilla envasada y guarradas de picar, y jamón. Amparo unas aceitunas.
Para el postre, yo saqué mi tarta. Y Ade llevaba sandía y granizado de café.

Las vistas desde el merendero también eran preciosas.

Desde que inicié el blog, hace ya tiempo, estoy empeñada en enseñaros que la Comunidad valenciana no es sólo playa. El interior es precioso

Un buen día, en que me quedo con todo menos con la pájara. Pero hasta me alegro de haberla tenido y haberla superado.

En Agosto, hemos quedado para otro pateo más ligth en Viver. Nos vemos en Pateolandia en Agosto.

Y ahora las fotos. Las pongo todas, y así mi gente las puede descargar
 








 Los puentes












 


paisajes preciosos 
autofoto 



por ahí estaba el escalador
 
 También había abrigos rocosos. Y se agradecía la sombra
 
La presa





Descanso con sólo una lata de bebida. Lo pagaríamos luego



 Una preciosidad, la presa. Y familia que va colorada, siempre va amada.

 Amparo y Toni
Desde la presa, una de las vistas

De vuelta en el puente bajo. En el de las escaleras, no me daba el fuelle para sacar fotos 

 
 Estas son las escaleras menores. En el otro lado vienen las gordas
 


 Las vistas desde el Pelma, preciosas. Y la tarta riquísima
 El lugar, precioso, porque había sombra

Mi hijo Rafa con aire de estar hasta las narices de las fotos. La mami pesada
Una vez recuperadas fuerzas, al ataque los pateadores.






Luego, nos fuimos a Liria a tomarnos un café.
Empezaba a llover

Llegamos a casa, y tormenta. Y la famosa ducha que cayó como agua de Mayo.
Sigue lloviendo, y sacamos al perro, que por fin, ya no tiene diarrea. Las medicinas que le estamos dando (fui a la veterinaria el sábado) han hecho efecto.

Hoy tengo ensayo, bufff. Estoy contenta pero cansada
Nos vemos el 5 de Agosto.

Besitos calurosos