Por eso, decidió que era mejor irse a la playa que a la ermita. Decisión muy acertada, desde luego, para los que les gusta la playa. Ahí no hace el calor que aquí.
Nosotros, pues nos gusta más el monte. O sea, que todos los viernes vamos a la ermita. Un poco más pronto, para tratar de eludir al sol.
Y como me dijo el otro día mi compañero de coral Edu, todos buscan el fresco, pero éste no se deja encontrar. Al que lo encuentre, que envíe un whatsap.
El trayecto a la ermita se puede hacer de varias maneras: directamente subir escaleras, y luego, bajarlas. Yo de escaleras, todavía estoy empachada. Sólo de pensar en subirlas, me entran sudores.
Se puede también subir escaleras y bajar dando un rodeo por camino y carretera de huertos.
Y lo último y que es lo que hacemos: subir dando el rodeo, y bajar escaleras. Es más fácil bajar que subir. Aunque bajar hace que me duelan más las rodillas. Que una está ya muy mayor.
Feliz viernes, ya es finde
No hay comentarios:
Publicar un comentario