El mundo en mis manos

Nuestra filosofía de vida, a través de este hermoso texto

La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloree con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.

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miércoles, 6 de mayo de 2020

Neuras







Yo me nutro muchas veces, de los paseos, de la gente con que me encuentro.
Hoy quiero hablar de la gente que son unos neuras. Aquellos que ven peligros por todas partes. Su bolso o mochila parece un kit de primeros auxilios. Puedes encontrar hasta lo más extraño. Un chollo cuando se tienen niños pequeños. Algunos bolsos parecen no tener fin, como el bolso de Mary Poppins.

Cuando fuimos a Colombia, nos hicimos amigos de una pareja que también iba a adoptar al mismo sitio. Aún somos amigos (un saludo Raquel y Antonio y David). Antonio es un ejemplo de neuras. Se vacunó de todo lo habido y por haber. 
Nosotros, habíamos preguntado si había que vacunarse de algo. Y nos dijeron que no, porque la zona de donde es Rafa no tiene enfermedades peligrosas. 
Lo más curioso es que Antonio trabaja de veterinario de reses enfermas. Es como el forense de bichos. Y justo eso no huele a rosas y tiene muuuuuu(de vaca)cho peligro.

El coronavirus es el virus ideal para los neuróticos, catastrofistas y augures de mentiras. 

Los neuróticos se han abonado al termómetro. Aunque no hayan salido de casa en todo el confinamiento y hayan hecho toda la compra por internet, ellos piensan que están contagiados. Y claro, al primer estornudo, ya están padeciendo. 
No salen nunca, aunque ahora sí se puede salir, por si hay algún virus a la vuelta de la esquina, deseando meterse en su cuerpo serrano.

Luego tenemos los catastrofistas: los que dicen que este virus no va a parar jamás. Que tendrá un valle en verano (se irá de vacaciones) y luego volverá. Que la vamos a palmar entre terribles sufrimientos, que decía el Recio de  la serie La que se avecina. Son gente muy negra, que siempre piensa lo peor. Lo mejor es alejarse de ellas, porque su actitud si es contagiosa.

Luego tenemos los que saben mucho y todo lo saben. Los que dicen que el Gobierno y todos mienten. Que el Gobierno lo ha hecho mal, lo sigue haciendo mal y lo hará mal. Vamos, que ni una miajita de confianza.
Esta gente sí que sabe todo. No importa que salgan médicos, economistas y docta gente rebatiendo todo lo que esta gente dice. 
Estas personas son como mi padre que decía: Aunque todo el mundo me lleve la contraria yo tengo razón. 

Y esta gente se agarra a cualquier clavo ardiendo. Saca datos que ven por Internet, y te los largan como si en Internet todo fuera verdad. No digo que no tengan filtros. Digo que sus filtros se adecuan a lo que ellos quieren.
No son políticos, no, son agoreros.Y cuentan y recuentan los infectados que hay en no sé dónde y que esto no se ha acabado, no, por supuesto. Que hay muchos más de los que están confirmados. 

Cuando se juntan los catastrofistas, los neuras y los agoreros, tenemos el conjunto entero de gente grisácea y que mejor no mirar ni hablar, ni de lejos ni con mascarilla. Dan muchísimo mal rollo.

En último lugar tenemos a la gente politizada. Aunque el cielo esté azul, si lo dice uno que no es de su partido político, lo niegan. Al enemigo, ni agua.
Y claro, son subjetivos a más no poder. Buscan la paja en el ojo ajeno, y en otros ojos ajenos a su manera de pensar.
Este bicho chino les ha dado la oportunidad de dedicarse a destruir en lugar de construir. Estupenda gente que mira por su ombligo y no por los demás. 
Esta gente, aunque la gente de su partido la fastidie, justifican todo. Que a la mujer del Coletas le han hecho ya 3 pruebas de coronavirus mientras que al resto de España no, se justifica. Faltaría menos, que la interfecta es pueblo (debe de ser pueblo por 3, porque 3 pruebas le han hecho).
Yo, cuando oigo a políticos y gente politizada hablando de pueblo, me entra la urticaria. No quiero generalizar, pero mi experiencia es: cuanto más hablan de pueblo, menos piensan en él.

Es curioso. Al principio del confinamiento puse un video de El mundo con un economista que preveía lo que iba a pasar. Y justo paso por paso es lo que está pasando. No es que a este muchacho le diera por las Adivinaciones y los poderes paranormales. Es que sabe de estadísticas, de historia y de sentido común.