El mundo en mis manos

Nuestra filosofía de vida, a través de este hermoso texto

La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloree con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.

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viernes, 17 de abril de 2020

Mis aficiones 8: tejer. Tejer en coronavirus

En Faura se me conoce por mis trabajos de punto. Dicen que soy una artista, pero yo sólo me considero artesana.

Mi afición por tejer viene de los tiempos de la Facultad. Cerca de la Facultad, había una tienda de lanas, y recuerdo que había expuesto un jersey blanco con florecitas de colores. Me encantó, pero el precio era par mí excesivo.

En mi casa siempre hemos tenido una señora que se ocupaba de la limpieza. A mi madre su padre le dijo que no tenía que aprender semejantes tareas. Así que, asistenta al canto.
Una de ellas, Isabel, fue la primera que me enseñó a tejer. Y lo primero que me hice fue un jersey de rayas que se empezaba por una manga y acababa en la otra. Con un material muy caro, por cierto, que brillaba mucho. En rosa y verde

Luego, vinieron los calados, y me hice una chaqueta en rojo y blanco.

Y poco a poco fui avanzando hasta que superé a mi maestra. Yo ya entendía los gráficos de las revistas.

Y seguí tejiendo para mi, para mis hermanos, para mi madre. Jamás cobraba nada.
Ya en el piso, después del tiempo en el chalet, tuve un encargo y me lo quisieron pagar, y yo no me lo creía.

Me caso, llego a Faura y sigo tejiendo. Contacto con Ana, y montamos el grupo de Valencia Knits. Al principio, ibamos una a la casa de la otra y así.

Más tarde, se añadió más gente, y al final quedábamos en el Starbucks del carrer Valencia para tejer. Cada vez éramos más gente y me lo pasaba en grande.

En verano, quedábamos para tejer en el río (en el antiguo cauce del río Turia) y nos lo pasábamos bien. En el cauce del río hace mucho menos calor que a pie de calle.
Ya en esta época nos cambiamos de sitio y fuimos a una tetería.
















Por entonces, ya empezaban las acciones urbanas o urban knitting. Se trata de decorar la calle, el mobiliario urbano, con tejido.
Forramos unos bancos, decoramos una plaza, montamos una mascletà de petardos de punto... Salimos en la tele y todo.




Y un día, Ana, en Navidad, nos propone montar parada en una Fira en la tienda de su hermana: La alegre Conchita. Era un sexshop para mujeres, calculad.
Y yo, encantada, para sacarme un plus de navidad. Hice muchos gorros con flor.


La alegre Conchita está en Benimaclet, un barrio con muchos extranjeros (no sé si ahora, con el virus de las narices) y un poco bohemio.
Vendí muchos gorros.
Esta fira navideña continuó y se unió a otra que se llamaba Asociación del árbol. Y no era ecológica. Tan poco ecológica que a los dos años o así, quisieron cobrar.

Fui a unos cuantos mercadillos más: en Burjassot, en Bunyol, y otros sitios. Y también a diferentes bares que montaban mercadillos. El resultado era diverso.

Y llegó la crisis, mi marido se fue al paro. Y había que hacer números: si yo me gastaba  más de lo que vendía, no podía ser.

Llegó la fira de Faura. Yo no creía que tuviera tanto nivel. Pero me dijeron que era muy barato y me apunté. El primer año me cobraron, el resto, por ser yo de Faura, no. Desde entonces voy y me lo paso muy bien. El gasto es 0 y el resto beneficio. Cierto que no tengo muchas perspectivas, si no, me deprimiría. Ver pasar gente y más gente y más gente y que ni te miren, es para deprimirse.
Los primeros años, la parada estaba un poco fuera del meollo de la fira. Lo que más me comía yo es el frío y el viento.
Luego me pusieron donde estoy ahora, en mitad mitad, y pasa mucha gente, pero no compran casi ninguno.
No me puedo quejar, siempre cae algo. Y ese algo es beneficio.




En estas fotos me veis con mi amiga Antonia.
Ella tiene mesas grandes de sobra, y me las presta. Solemos ir juntas a las ferias y nos lo pasamos bomba




Mi amiga Norberta me habló de la fira de Quartell, y allí he estado hasta el año pasado que dejó de hacerse. Empezó muy bien, pero se fue desinflando. Pienso que es porque la organizan los festeros

 y no el ayuntamiento.


Hace 3 años me enteré de que había fira en Benavites, y también me apunté. Y es la fira más molona de todas. En su placita, con su torre, y un ambiente estupendo.Te dan las mesas que quieras, te ponen la luz y el toldo. Y luego, paella a 10 euros. Es la mejor con diferencia.
También tengo que decir que Benavites es un pueblo muy pequeño. Esto, así, en Faura es imposible. La Fira de Faura es muchísimo más grande


Hace 3 años también empecé a hacer cosas distintas: Los reversibles: tejidos que tienen dos caras.








Esto es un ejemplo. Si le das la vuelta al tejido sale igual pero al revés de los colores








Y la illusion art: Cuadros que, son arte. El alcalde de Faura me propuso hacer una exposición y en Agosto del año pasado la hice.





Y también hice la misma en Benavites






Y después de este recorrido, os cuento que lo que he tejido para el coronavirus:
Primero, medios de locomoción.
Segundo: arco iris.

Tren destino al final de coronavirus




Caravana rosa alegría del coronavirus. Va feliz de vacaciones porque ya se acabó el coronavirus


Avión destino al final, vuela muy alto, vuela hasta el fin del coronavirus



El tractor que fumiga muy bien y esteriliza las calles

Cohete espacial y español, destino a mandar al coronavirus muy muy lejos













Los 3 barcos del coronavirus: España, Fuerza y alegría
Todas mis creaciones. En el blog de labores y en facebook pondré precios. Esto es meramente informativo


Y Arco Iris: He hecho el grande, que es el de la esperanza. Está al revés. Supongo que es porque eso es lo que queremos: que la situación por la que estamos pasando se vuelva del revés. Es lo que pienso




 En la cometa hay dos tipos de arco iris: pequeños y más pequeños. Los de la cola son más pequeños que los de la estructura