El mundo en mis manos

Nuestra filosofía de vida, a través de este hermoso texto

La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloree con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.

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jueves, 4 de junio de 2020

visita a la Ciudad de las Ciencias 3 de Junio

 Ayer fuimos a la Ciudad de las Ciencias, aprovechando que era gratis.

Por supuesto, había mucha cola y no todo se podía ver. Pero, a caballo regalado, no le mires el dentado.

Hacía un calor intenso, y menos mal que yo llevaba el abanico. Calor, unido a mascarilla es sumamente desagradable.

La primera cola era en la exposición sobre el cerebro.
Mi marido se puso con este primo suyo


Las imágenes del cerebro, eran muy chulas, y se iluminaban según nos contaban las diferentes zonas del cerebro.







 Siguiente zona: el Mediterráneo. Y ahí se veía cómo es: casi un lago, con un nivel de evaporación intenso. Y la lucha de la placa africana con la euroasiática, que hace que el estrecho de Gibraltar sea cada vez más estrecho.

Y había unos atunes la mar de bonitos, que, a la plancha o en marmitako, quedarían mejor (los de verdad, no estos)



 Siguiente cola: marte. Un planeta estupendo. Hemos visto en la tele unos cuantos documentales. Y aquí con el Rover, que aún está el pobre, sin batería ni nada.





Mi amiga Amparo, con Marte al lado




Había unos hologramas muy graciosos de marcianos, y aquí los tenéis.










 Ahora viene una foto curiosa de la imagen térmica. Que nos costó Dios y ayuda hacer, y por la que nos reímos un montón. A mi se me ve de lujo, porque llevo pantalones amplios









Buscando ya una salida, vimos gente en la terraza y fuimos a ver. Y resulta que habían abierto las terrazas. Jamás las había visto abiertas y es una cosa ilusionante.
Aparte, nos pudimos deshacer de las mascarillas. Un alivio inmenso.
Las imágenes, súper bonitas. Esto del fondo le llamamos, la almeja. Y el puente tiene dos nombres: el jamonero, o el arpa.

 
Bonita foto con el Hemisféric y el Palacio Reina Sofía. Si ampliáis la foto, veréis en la cresta del palacio, un señor trabajando. Ese sí que no tiene vértigo no señor.


 Bajando ya al primer piso, entre cola y cola, el ADN, que es muy bonito









Quería yo una foto con Rafa, porque está muy empadrado, y tengo celitos. Aparte, como está empeñado en no sonreír, tiene la excusa perfecta: la mascarilla.








 Estos círculos luminosos, no me acuerdo bien de dónde eran. Igual están desubicados, pero tampoco sé a ciencia cierta dónde era. Pero la foto es chula

 Esto son los diferentes satélites artificiales y a la altura que orbitan

 Esta foto me encanta y la tengo de fondo de escritorio. Estoy en la luna.
Hay que ver ese cacho de piedra gris y sosa, lo que mejora con luz.
 Aquí, el resto de la expedición, en el espacio sideral.


 Esto es el sol y el satélite que han enviado a explorarlo. Que, la verdad, parece la batería de un frikie












 En otra zona, tocaban los epitafios, muy divertidos todos.











Durante toda la visita, nos habíamos encontrado con un fraile, con su tonsura y todo (tonsura es el rasurado de la cabeza en forma de aro).
Aprovechando que quería hacer una foto a un satélite artificial, le saqué a él. Una curiosidad.
No es la primera vez que vemos a monjas, curas y frailes por la Ciudad de las Ciencias. También ellos tienen derecho a divertirse





 Cohetes varios espaciales y seguimos caminando.
Hay que ver lo que se camina. A lo tonto, de exposición en exposición te pegas una buena pateada.
  
 Un avión de combate
Mi familia y amiga Amparo, en el péndulo de Foucault


Y esta ha sido nuestra visita a la Ciudad de las Ciencias.

He tenido que seleccionar fotos, porque todas, no puedo poner aquí.

De todos modos, ya le he enviado a Amparo todas las fotos.
Besitos