Pese a los malos augurios, nos recibió con un sol radiante.
Empezamos en el cretácico y esta zona era mar. Con el plegamiento alpino, la penísula ibérica chocó contra la plataforma euroasiática, y se formaron los Pirineos. Bicorp fue lago, y luego se secó, durante todo el proceso.
De este plegamiento no surgieron grandes montañas, sino sierras muy planas con grandes barrancos.
Bicorp es calizo, o kárstico, formado por los cuerpos de los animales marinos que a lo largo del tiempo vivieron.
Esto quiere decir que se parece mucho a un queso de gruyere, muy lleno de agujeros.
Aparcamos y, unos prefirieron ir andando, y nosotros, en todoterreno.
Aquí había un mirado precioso, del que veis estas fotos.
Continuamos andando por un camino con diferentes árboles y que estaba perfectamente indicado: sabinas, aulagas, etc
Muy bonito y olía de categoría
Las vistas eran preciosas y el día muy cálido y sin lluvia
Por fin llegamos a las cuevas
Desde allí, la vegetación formada por carrasca. Un paisaje parecido al que vivieron los que pintaron los abrigos.
El arte levantino es patrimonio de la Unesco.
Se han hecho barbaridades, como mojarlo, llevarse trozos, y demás.
La guía móvil y láser en mano, nos enseñaba las diferentes escenas
Son la mar de graciosas las figuras arco en mano.
Hay una cacería de cabras, la mar de interesante, que sólo la ves si te la enseñan, claro.
Nos explicó que se llaman cuevas de la Araña, por una gente que se instaló por la zona y que la apodaron así. Por lo que deducimos que no eran precisamente las personas más agradables del pueblo.
Diferentes ciervos, algún caballo. Y también un zorro muy esquemático.
En este abrigo se pasó por los 3 periodos del arte levantino: figuras como morcillas, figuras finas y figuras esquemáticas. De este último grupo, un zorro, que es un salchicha con dos orejas y dos trazos para la cola.
Más figuras, que, si ampliáis las fotos, las veréis
y aquí, la protagonista más protagonista de estas cuevas. La escena de la recolección de la miel.
Vemos una persona, presumiblemente mujer, con una cesta, y una escalera de 3 cabos, cogiendo miel de un panal. Hay unas abejas muy grandes, que no guardan proporción a la figura.
Debajo del todo, hay otra persona, que estaría sujetando la escalera.
La figura es muy pequeña y cuesta verla.
Pero es la única representación del mundo de esta época en la que aparece la recolección de la miel.
Más paneles para ver.
Pregunté por la colada azul pizarra que había. Me dijo que era natural y que era la propia naturaleza la que lo hacía.
Más pinturas y más colada azul.
Llegó la hora de comer, y no nos apetecía quedarnos en la montaña. Así que volvimos al parque del Albaricoquero y comimos.
Yo llevé una ensalada de pasta y la macedonia. La novedad es que la macedonia la hice con un zumo de melón y sandía que venden en mercadona. Estaba tan bueno que Ade (a la que no le gusta mucho la macedonia) repitió.
Amparo llevó empanda de carne y papas, y Ade, ensalada, tortilla y pescado. Además del café helado.
Huíamos del sol, y movíamos la mesa para evitar que nos diera. El problema es que Amparo no había llevado silla y tenía que sentarse en el banco.
El postre sentados sin mesa, pero a la sombra
Y la ensalada de pie, que el sol pegaba fuerte.
Mi jirafa estaba la mar de contenta
Juan enseñando a Ade alguna cosa del móvil.
La hora del café.
El parque del Albaricoquero. Un sitio muy bonito.
Siguiente etapa, tomarse un helado en el bar del pueblo, e irnos a ver icnitas.
Llegamos y sorpresa: el cartel roto. Todo estaba un poco como dejado de la mano de Dios.
Amparo descubrió que el suelo estaba duro. Resbalón y a tierra. Nada del otro jueves
Las pasarelas, rotas. Con lo cual, pisamos tierra y a ver las icnitas de Tambuc
Las había de varias clases y algunas hacían camino.
Clase tipo pollo, clase tipo elefante. Esta tipo elefante
Y esta tipo pollo
A la caza de la huela.
Más tipo pollo
Otra más para aburrir
Tipo elefante, siguiendo un camino
Se acabó la excursión y nos fuimos ya a casa.
Por el camino llovió algo, pecata minuta para lo que dijeron que iba a caer.
En la carretera, nos encontramos a un par de corzo. Digo corzo, porque realmente no sabíamos lo que eran. Pero San Google nos sacó de dudas
Y con esto, se acaba esta excursión. Nos vemos el mes que viene en Benissanó
