El casal de Fallas de Faura se movió del lugar donde estaba antes al que está actualmente. Muy cerca de mi casa. Pero coincidió con el confinamiento. Por eso, no nos hemos enterado de las Fallas hasta ahora.
De momento, no han dado nada de guerra, supongo que porque aún estamos con el bicho chino y no se pueden hacer grandes eventos multitudinarios.
Como me pilla de camino cuando paseo con la perra, aquí la primera foto. Con su arco iris con el letrero: todo pasará (tot passarà)
Y por cierto: si ampliáis la foto, se verá el chichón que me hice ayer. Me pegó un apretón, me fui rápido al retrete, y al sentarme en el susodicho, me pegué un golpe enorme con el lavabo. No se nota si no estás muy cerca y te fijas. Lo malo es que está cambiando de color y eso sí se nota.
Aquí la nube con el letrero y las diferentes vacunas
El ninot principal.
Las fallas todas tienen historias, que se ven en los carteles en la base de todas las figuras.
Un cohete con la luna
El robot
Un móvil con sus emoticonos
El mismo móvil, con la parte de detrás de la nube, en la que han escrito todos los falleros.
Fijaros si está cerca, que desde el pipi can la vemos perfectamente.
Mi perra cotilleando la gente.
Y a una hora muy temprana, los jueces de visita para evaluar la falla.
Negros nubarrones están empañando estos días falleros. Es que siempre llueve cuando son fallas. Si son en marzo, como siempre, llueve. Y si son en septiembre, como nunca ha sido, llueve también. ¡Pobres falleros!
Es septiembre, época de cambios y yo también tengo un importante cambio en mente. Definitivamente, me voy a vacunar contra el virus de ayudar a todo el mundo. A ver si es efectiva la vacuna. Porque a veces, es como tirar rosas a cochinos o margaritas a los cerdos.
El casal de Fallas de Faura se movió del lugar donde estaba antes al que está actualmente. Muy cerca de mi casa. Pero coincidió con el confinamiento. Por eso, no nos hemos enterado de las Fallas hasta ahora.
