Han pasado unos meses desde que vistéis mis cactus con sus nuevas incorporaciones, que mi marido me regaló por m santo
Hemos comprado dos plantas más: un alóe cristata (creo) y un cactus que se llama cabello de anciano (espostoa melan....no sé que)
Aquí las tenéis encantadas de unirse a la familia
Al cactus piedra, le hemos traído nuevos amiguitos.
A ver si cuando vaya a la playa, me acuerdo de traer unas piedras para que el efecto sea mayor.
Este cactus tiene previsto mudarse al alféizar de la terraza, cuando compremos alambre para sujetarlo.
Véis la Debbie, que tiene flores, y una de las hojas que está plantada, ya tiene raíces.
Este es el "alien", que según va creciendo, va pareciendo mas una escarola.
Esta es mi chumberita roja, que da más problemas que problemas.
Quiere crecer a lo alto, y aún no tienen fuerza sus hojas, y se cae irremediablemente. Y esto en este tipo de chumberas es peligroso, porque sus finos pinchos, se clavan con mirarlos, y no hay hijo de su madre que se los quite de encima.
Por eso, está castigada al fondo de la terraza y se apoya en la pared y en la mesa
A su lado, el único no cactus del grupo. Mi kalankoe tormetosa, que crece así de bien. No sé si tiene flores, pero sus hojas son preciosas
Esta chumbera blanca ha aprendido a base de que se le cayera encima la mesa plegable. En cada caída, yo replantaba lo roto,y así está ella de guapa.
A su lado, el Señor Espinoso, que poco a poco va creciendo, sin prisa pero sin pausa.
Espero el día en que me de flores
Este es el cactus de ordenador de toda la vida, pero mucho más esparramado y feliz.
Y el alóe vera, que estaba muy mustio, y que después de las intensas lluvias de septiembre, se me ha puesto como un campeón.
Me he dado cuenta de que tengo dos alóes, dos cactus columbares (uno finito, el abuelo y otro gordo, el Señor Espinoso); tengo también un cactus versión esparramado, el cactus de ordenador; tengo varias suculentas, y dos chumberas. Pero me falta un cactus bola. Ya sabéis si tenéis uno de sobra dónde regalarlo
Y ahora, un video explicativo, en el que también se ve, que me equivoco bastante cuando quiero (jaja)
El mundo en mis manos
Nuestra filosofía de vida, a través de este hermoso texto
La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloree con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.
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