Escuchando a The Priests, unos sacerdotes irlandeses que cantan como ángeles, esta entrada de cielos sólo me inspira poesía.
Octubre, un mes cálido y que nos ha dado cielos espectaculares, con unos amaneceres preciosos
La luna de Valencia, tan evocadora de tiempos de infancia, donde mi padre y profesor me decía que siempre estaba
¡Cómo cambian las cosas y la vida!
Sopla el aire y el mundo es otro
No sabemos a dónde irán nuestras vidas, pero igual que las nubes no saben si se juntarán y formarán tormenta, o bien si se desharán y dejarán el paso a la luz.
El amar cuando te hacen daño, provoca tormenta en el alma y la mente. Una mente que dice:¡venganza!
Y un alma que se siente herida ante tal pensamiento.
Pero ¡qué felicidad cuando conseguimos librarnos de malos sentimientos, y controlamos nuestra mente primitiva reptiliana!
Fijaros los cactus. Pinchan para defenderse. Yo soy muchas veces así.
Pero quizá por ello, estas plantas son bellas y resistentes.
Mi amiga Gehidy me enseñó a apreciar la belleza del cielo.
En la película Agora, entre tanta falsedad hay una verdad:
La filosofía neoplatónica de control de pasiones, (que los chinos e indios llevaban practicando mucho antes que los griegos se dieran cuenta), conduce a una paz interior
Las nubes se deshacen en la nítida mañana
alegremente, a ritmo barroco, así van, felices y despreocupadas
¿Para qué preocuparse si Dios nos vigila y nada podemos hacer para variar nuestro fin?
Por este muelle de descarga han pasado tantas cosas, tantas batallas, y al final, queda en la semisombra de un día de otoño
Descanso, vamos hacia la luz. Vamos confiados sabiendo que Dios jamás nos abandona
Pero también qué alegría produce cuando sale una hoja nueva, una flor nueva en las plantas.
Quizá por eso, y porque me esfuerzo en darme cuenta quien pilota la nave, me he alegrado con las nuevas noticias.
Y el placer de dar por el dar, sin pedir nada a cambio, ni siquiera un agradecimiento. Negar a nuestro ego la posibilidad de solazarse
Mi mundo, mi nave espacial en la quei está m
marido y mi hijo, y pilotando la nave Dios
La mejor recompensa es ser nosotros mismos, al margen de lo que a gente diga, al margen de modas, convencionalismos, o caprichos
Un rayito de sol en nuestro ego, nos anima a seguir animando nuestro fuego, y a perseverar
Conócete a tí mismo. Es lo que decía el oráculo de Delfos
Y en esa tarea ando, y sospecho que va a durar toda a vida
No hay comentarios:
Publicar un comentario