Es otoñal por los colores. Son todos rojos, anaranjados, rosas.
Necesitamos: unos filetes de salmón sin piel ni espinas, que salpimentaremos
Un buen trozo de calabaza, que pochamos y cocemos con un poco de agua y sal
Una cebolla roja en juliana, que confitaremos.
Se confita, pochando suavemente la cebolla, y añadiendo una cucharada de miel.
Hacemos sal de jamón.
Trituramos la calabaza, a la que añadimos un chorretón de leche
Echamos la crema de calabaza en una fuente. Ponemos encima la sal de jamón.
Hacemos en su propio aceite, sin añadir nada más, el salmón.
Ponemos el salmón, y encima, la cebolla confitada.
Damos un golpe de horno y a comer
Así estaba la ración, con esta pinta tan buena
En la boca, la sinfonía de sabores tan dispares y tan armoniosos era fantástica.
El dulce de la calabaza y la cebolla contrastaban con el salado del jamón.
El sabor del jamón contrastaba con el sabor del salmón.
La melosidad de la cebolla, contrastaba con el crujiente del jamón.
Bon profit
1 comentario:
Pues si que tiene buena pinta, pero es que a mi el salmón no me va mucho, solo como uno que hacen mis padres al cava, y claro lo que mas me gusta son las patatas que lleva de guarnición.
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