Hoy había sido un día normal de sábado. Con estos calores, decidimos ir al Mercado al Puerto de Sagunto, para comprar sandía y melón.
Como estaba el aparcamiento hasta los topes, dimos una vuelta y vimos el Horno Alto, y pensamos que sería buena idea ir a dar un vistazo a la vuelta del mercado.
Dicho y hecho. Con la feliz coincidencia de que estaba abierto y había visita guiada
Mi suegro, al que no conocí, trabajó toda su vida en la Siderugia, tal y como tantas generaciones. En este caso emigró el padre de mi suegro desde Zarra, en la Comunidad Valenciana.La Historia del Puerto de Sagunto es la historia de la Siderurgia. Desde que un naviero vasco, decidió monopolizar el itinerario desde la extracción del mineral hasta la exportación y, más tarde, hasta la fundición, y fabricación en hierro, hasta hoy, en plena crisis, ha llovido mucho.
Y claro, con el último grito de que quieren cerrar Galmed, una fábrica rentable, para llevársela a Alemania, y con ello, dar el tiro de gracia a la Siderurgia de Sagunto, nos resulta instructivo ver cómo era antes, con el boom de las secuelas de la Revolución Industrial, en el SXIX
Sentimentalmente hablando, mi marido recuerda a su padre y sus historias, historias de humo, de fuego, de hollín. De calor terrible y el despósito con hielos donde los trabajadores bebían. En verano era el infierno, nos podemos imaginar
También el recuerdo imborrable de la Sirena, que era el reloj de los que no tenían reloj. Precisamente, a la salida de la visita guiada, conectaron la sirena. Para mi marido, un recuerdo, una vuelta a la niñez, esperando que, un rato más tarde de que sonara la sirena, su padre llegara a casa, sudoroso, y con mucha hambre
También es el recuerdo del famoso polvo amarillo, que impregnaba todo. De las casas de los trabajadores, también pintadas de amarillo (imagino que para camuflar)
Y para mi, la sorpresa, hace muchos años cuando conocí a la Virgen de Begoña en versión Sagunto. Una réplica en amarillo y blanco, que también me hizo añorar mi tierra.
En fin, que también es curioso entrar en un horno. Que no todos los días una entra en un horno. saber la cantidad de hierro y carbón que habría allí, a temperaturas infernales. Y asombrarse más y más
El caso, es que la gente que levantó el Puerto y sus descendientes, siempre han sido muy emprendedores, y cuando eliminaron los hornos altos, se consevó este. Ahora, los viejos almacenes se transforman y se le dan nuevos usos.
Se está haciendo el museo de la Siderurgia, en otra de las naves
La web del horno es: http://fcvsagunto.wordpress.com/horno-alto-no-2/. Aquí podréis ver este trozo pequeñito de nuestra historia contemporánea
Como veis, como no llevábamos cámara, tiramos de móvil, y han quedado unas fotos la mar de chulas
Me llevé de recuerdo una tiznada de manos bonita, que se fue con jabón, y unas manchas en el pantalón, que espero que se vayan en la lavadora, jajaja.
2 comentarios:
Que alto está Rafa, aquí en Asturias tb siempre hubo siderúrgica que daba mucho trabajo, fueron cerrando muchas, algo hay pero...
Nos vamos a la playa que calor, besos
Yo estoy en una sauna todo el día, sudando cual cerdita. Harta, harta y más harta del calor.
Supongo que si me pongo a pensar en los que trabajaban en el horno, igual me consuelo, todo es pensar, jajaja
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