En todas las circunstancias de la vida, antes de opinar hay que informarse. Y
últimamente, el atrevimiento de la ignorancia va a más. O sea, se dice que la ignorancia es muy atrevida. Y también, por propia experiencia, que es más gritona.
Yo, seré porque no me fío mucho de la objetividad de la televisión, pero ciertas noticias las cojo con puntillas. Sé que la sexta y antena 3 es de izquierdas, antiiglesia y que no hay que darles mucha credibilidad cuando hablan de la Iglesia. La primera, en esta legislatura, es de derechas. No hay que darle mucha credibilidad si hablan del Gobierno y sus chanchullos. Telecinco, y la cuatro, andan a medio camino, y me parecen las más fiables.
Lo mejor es ver la misma noticia en diferentes versiones. Se hace la media y te enteras de lo que pasa.
Lo malo es que el sensacionalismo vende más. V. gratia: el otro día, paseando,
hablando de las corruptelas varias, una conocida me dice: Sí, cuando vino el Papa nazi ese. Y yo¿nazi? toda mosqueada. Y me dice: Es una opinión. Y yo pensé: bueno, tu padre es un hijo de puta, también es una opinión, claro.
¿Qué hice al llegar a casa? Mirar la biografía de Benedicto XVI. No en una página católica, que seguro que barren para casa, sino en la wikipedia. Y me entero de lo que sospechaba: que fue afiliado por narices. Y que, lógicamente fue a la guerra obligado.
Hay más ejemplos de lo que hace la desinformación. La leyenda negra española sobre la Inquisición es obra de los ingleses, empeñados en desprestigiarnos. Tanta leyenda negra hay en España como en Inglaterra, pero los ingleses se han ido de rositas. Sólo recordar que a Miguel Servet, el descubridor de la circulación de la sangre, lo quemaron los ingleses. Por no hablar, al otro lado del charco, de la quema de brujas de Salem.
Como las pelis las hacen los americanos, se ve a los españoles como lo peor de lo peor. Siempre sale un gilipollas hablando del genocidio indígena y demás tonterías. Teniendo en cuenta que la viruela mató a más indígenas que los propios españoles, me vas a explicar. Y curiosamente, hay muchos indígenas sudamericanos. Yo los veo por estas calles de España. Hace poco me enteré, en un programa de calleja, que son tan bajitos porque así el corazón no tiene que realizar un gran esfuerzo en las latitudes de donde son.
Pero claro, los americanos no dicen nada del genocicio indio que sí hicieron. ¿Cuántos indios vemos? Alguno gordo y borracho y nada más. Eso sí que es exterminio.
Pero en España, hablar mal de la gente es ya un oficio no remunerado. Se habla de la gente con una facilidad asombrosa.
El otro día, nos invitaron a unas tapas en la casa de una amiga. Y oigo: Este cura de Faura es muy moderno: le gustan los toros. Yo me acerco, asombrada (no sé que tiene que ver que le gusten a uno los toros con ser moderno o no), Y al cabo de un rato, dice: le gusta pimplar (en valenciano beber alcohol).Yo, que tenía una cerveza
en la mano, le dije: a mí también.
Ayer vi al sacerdote y le dije: me han dicho que te gusta beber. Y me dice: no, no bebo apenas.
Yo lo sospechaba, porque tiene un problema digestivo que hace que coma como un pajarito.
Pero, claro, la noticia no es si tiene un problema digestivo, sino que le guste beber.
Una cosa diferente es el que quiere aparentar que sabe mucho para figurar. Son los alternativos, los que escuchan música extraña, que no gusta a nadie. Pero ellos son los entendidos. (y luego en casa tienen música normal, claro). Son también los que ven un zuruño de escultura y hacen aspavientos comentando el significado profundo del interfecto trasto. Y claro, miran por encima del hombro al resto de los mortales, que no entendemos nada de arte.
Una cosa que sé, es que tengo más cultura por la cantidad de libros que he leído, que por haber ido a la Universidad. Pero el ir a la Universidad, me da la capacidad de que nadie dude de que tengo cultura. Con lo cual, hay cosas que me gustan y cosas que no.Tanto si son populares como si dejan de serlo.
Y llego a una palabra que hemos inventado un grupo de gente: el hippypijo. Son
esta gente alternativa del pañuelo palestino y ropa amplia. Ropa amplia que no se han comprado en el mercadillo, claro, sino en tiendas de lujo.
Son los que no se casan por la Iglesia, claro, sino que alquilan una masía que vale un pastizal, contratan un catering de lujo y ya está la boda organizada.
Oye: yo me casé por la Iglesia y no me gasté una pasta, que conste. Pero esta gente va de alternativa, mucha alternativa. Y son igual de capitalistas que el resto, pero maquillados para dar el pego.
A mi no me la cuelan que ya se sabe, que el diablo sabe más por viejo que por diablo.
últimamente, el atrevimiento de la ignorancia va a más. O sea, se dice que la ignorancia es muy atrevida. Y también, por propia experiencia, que es más gritona.
Yo, seré porque no me fío mucho de la objetividad de la televisión, pero ciertas noticias las cojo con puntillas. Sé que la sexta y antena 3 es de izquierdas, antiiglesia y que no hay que darles mucha credibilidad cuando hablan de la Iglesia. La primera, en esta legislatura, es de derechas. No hay que darle mucha credibilidad si hablan del Gobierno y sus chanchullos. Telecinco, y la cuatro, andan a medio camino, y me parecen las más fiables.
Lo mejor es ver la misma noticia en diferentes versiones. Se hace la media y te enteras de lo que pasa.
Lo malo es que el sensacionalismo vende más. V. gratia: el otro día, paseando,
hablando de las corruptelas varias, una conocida me dice: Sí, cuando vino el Papa nazi ese. Y yo¿nazi? toda mosqueada. Y me dice: Es una opinión. Y yo pensé: bueno, tu padre es un hijo de puta, también es una opinión, claro.
¿Qué hice al llegar a casa? Mirar la biografía de Benedicto XVI. No en una página católica, que seguro que barren para casa, sino en la wikipedia. Y me entero de lo que sospechaba: que fue afiliado por narices. Y que, lógicamente fue a la guerra obligado.
Hay más ejemplos de lo que hace la desinformación. La leyenda negra española sobre la Inquisición es obra de los ingleses, empeñados en desprestigiarnos. Tanta leyenda negra hay en España como en Inglaterra, pero los ingleses se han ido de rositas. Sólo recordar que a Miguel Servet, el descubridor de la circulación de la sangre, lo quemaron los ingleses. Por no hablar, al otro lado del charco, de la quema de brujas de Salem.
Como las pelis las hacen los americanos, se ve a los españoles como lo peor de lo peor. Siempre sale un gilipollas hablando del genocidio indígena y demás tonterías. Teniendo en cuenta que la viruela mató a más indígenas que los propios españoles, me vas a explicar. Y curiosamente, hay muchos indígenas sudamericanos. Yo los veo por estas calles de España. Hace poco me enteré, en un programa de calleja, que son tan bajitos porque así el corazón no tiene que realizar un gran esfuerzo en las latitudes de donde son.
Pero claro, los americanos no dicen nada del genocicio indio que sí hicieron. ¿Cuántos indios vemos? Alguno gordo y borracho y nada más. Eso sí que es exterminio.
Pero en España, hablar mal de la gente es ya un oficio no remunerado. Se habla de la gente con una facilidad asombrosa.
El otro día, nos invitaron a unas tapas en la casa de una amiga. Y oigo: Este cura de Faura es muy moderno: le gustan los toros. Yo me acerco, asombrada (no sé que tiene que ver que le gusten a uno los toros con ser moderno o no), Y al cabo de un rato, dice: le gusta pimplar (en valenciano beber alcohol).Yo, que tenía una cerveza
en la mano, le dije: a mí también.
Ayer vi al sacerdote y le dije: me han dicho que te gusta beber. Y me dice: no, no bebo apenas.
Yo lo sospechaba, porque tiene un problema digestivo que hace que coma como un pajarito.
Pero, claro, la noticia no es si tiene un problema digestivo, sino que le guste beber.
Una cosa diferente es el que quiere aparentar que sabe mucho para figurar. Son los alternativos, los que escuchan música extraña, que no gusta a nadie. Pero ellos son los entendidos. (y luego en casa tienen música normal, claro). Son también los que ven un zuruño de escultura y hacen aspavientos comentando el significado profundo del interfecto trasto. Y claro, miran por encima del hombro al resto de los mortales, que no entendemos nada de arte.
Una cosa que sé, es que tengo más cultura por la cantidad de libros que he leído, que por haber ido a la Universidad. Pero el ir a la Universidad, me da la capacidad de que nadie dude de que tengo cultura. Con lo cual, hay cosas que me gustan y cosas que no.Tanto si son populares como si dejan de serlo.
Y llego a una palabra que hemos inventado un grupo de gente: el hippypijo. Son
esta gente alternativa del pañuelo palestino y ropa amplia. Ropa amplia que no se han comprado en el mercadillo, claro, sino en tiendas de lujo.
Son los que no se casan por la Iglesia, claro, sino que alquilan una masía que vale un pastizal, contratan un catering de lujo y ya está la boda organizada.
Oye: yo me casé por la Iglesia y no me gasté una pasta, que conste. Pero esta gente va de alternativa, mucha alternativa. Y son igual de capitalistas que el resto, pero maquillados para dar el pego.
A mi no me la cuelan que ya se sabe, que el diablo sabe más por viejo que por diablo.
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