Hoy era el día de San Juan y santo de mi marido. Pero también era miércoles y tocaba paseíto.
Esta vez y en premio a haber suspendido lengua castellana, ha venido Rafa.
Día caluroso y caminata. Parada para almorzar. Teníamos mucha sed
Volvimos, respirando aire puro, comentando las cosas.
Lo curioso es que todos íbamos diferentes:
Mi marido con pantalón corto, visera y protección de cuello al estilo Laurence de Arabia.
Rafa dice que le molestan las viseras e iba de negro casi riguroso, achicharrándose las ideas.
Yo iba con vestidito corto y pantalón más corto aún, y visera. Y Amparo, pantalón largo, visera parcial y los correspondientes ventiladores
Corría brisa y no hacía demasiado calor. Aún y así, era divertido ver cómo mi marido miraba su pulsera de actividad y nos cantaba los pasos que estábamos dando.
Rafa iba medio medio. Porque sabía que después nos íbamos a ir a celebrarlo en la Lionesa del Puerto de Sagunto. Y la caminata con esperanza de pitanza hace que se ta haga menos caminata.
Mañana se tendrá que matricular online en el insti. Y tendrá la asignatura de catellano pendiente. Lo que le faltaba.
Se ha quedado sin móvil. Y mi marido, que ya está cargadito, ha decidido que la condena sin móvil dure hasta que pase el primer trimestre.
Si en el primer trimestre aprueba todas, le devolveremos el móvil.
Llevamos luchando con él desde hace años. Su afición es vaguear en el primer trimestre, que le caigan 3 , bronca, se queda sin móvil, y ya. Esta vez hemos empezado por el final.
Obviamente, tiene 2 horas de tele, 2 horas de ordenador y todo el tiempo que quiera para salir a la calle. Porque, ciertamente, sólo le ha caído una
Durante el camino vimos algunos conejos, no tantos como la última vez que pasamos por el mismo sitio.
No había agua corriendo por el río.
Y tampoco gusanos.
Por cierto, que en Faura no sé qué tiraron pero aniquilaron todos los gusanos. Y no han vuelto a salir.
Al volver al coche, saqué foto de esta cosa. La veía desde el camino. Brillaba y no sabía qué era, y tampoco ahora lo sé. Supongo que de alguna cabalgata
Después de caminata tocaba refrescarse: granizado, cocacola y café (mi marido no necesitaba refrescarse)
Y yo mi cervecita, que me supo a gloria.
Pagó mi marido, que era su santo.
Luego nos fuimos a la Lionesa del Puerto de Sagunto, que por 5 euros te dan 2 platos
Yo me pedí mussaka de berenjena y cachopo de lomo. Mi marido, paella y cachopo de lomo. Y mi hijo, paella y alitas.
Esta foto, ya duchaditos. Y descubrí que puedo activar la cámara del móvil desde mi reloj de actividad. Cosa muy curiosa.
Nos reímos un rato y a comer, que había mucha hambre.
Felicidades, cariño. A falta de fuego, el amor enciende todo.
Esta vez y en premio a haber suspendido lengua castellana, ha venido Rafa.
Día caluroso y caminata. Parada para almorzar. Teníamos mucha sed
Volvimos, respirando aire puro, comentando las cosas.
Lo curioso es que todos íbamos diferentes:
Mi marido con pantalón corto, visera y protección de cuello al estilo Laurence de Arabia.
Rafa dice que le molestan las viseras e iba de negro casi riguroso, achicharrándose las ideas.
Yo iba con vestidito corto y pantalón más corto aún, y visera. Y Amparo, pantalón largo, visera parcial y los correspondientes ventiladores
Corría brisa y no hacía demasiado calor. Aún y así, era divertido ver cómo mi marido miraba su pulsera de actividad y nos cantaba los pasos que estábamos dando.
Rafa iba medio medio. Porque sabía que después nos íbamos a ir a celebrarlo en la Lionesa del Puerto de Sagunto. Y la caminata con esperanza de pitanza hace que se ta haga menos caminata.
Mañana se tendrá que matricular online en el insti. Y tendrá la asignatura de catellano pendiente. Lo que le faltaba.
Se ha quedado sin móvil. Y mi marido, que ya está cargadito, ha decidido que la condena sin móvil dure hasta que pase el primer trimestre.
Si en el primer trimestre aprueba todas, le devolveremos el móvil.
Llevamos luchando con él desde hace años. Su afición es vaguear en el primer trimestre, que le caigan 3 , bronca, se queda sin móvil, y ya. Esta vez hemos empezado por el final.
Obviamente, tiene 2 horas de tele, 2 horas de ordenador y todo el tiempo que quiera para salir a la calle. Porque, ciertamente, sólo le ha caído una
Durante el camino vimos algunos conejos, no tantos como la última vez que pasamos por el mismo sitio.
No había agua corriendo por el río.
Y tampoco gusanos.
Por cierto, que en Faura no sé qué tiraron pero aniquilaron todos los gusanos. Y no han vuelto a salir.
Al volver al coche, saqué foto de esta cosa. La veía desde el camino. Brillaba y no sabía qué era, y tampoco ahora lo sé. Supongo que de alguna cabalgata
Después de caminata tocaba refrescarse: granizado, cocacola y café (mi marido no necesitaba refrescarse)
Y yo mi cervecita, que me supo a gloria.
Pagó mi marido, que era su santo.
Luego nos fuimos a la Lionesa del Puerto de Sagunto, que por 5 euros te dan 2 platos
Yo me pedí mussaka de berenjena y cachopo de lomo. Mi marido, paella y cachopo de lomo. Y mi hijo, paella y alitas.
Esta foto, ya duchaditos. Y descubrí que puedo activar la cámara del móvil desde mi reloj de actividad. Cosa muy curiosa.
Nos reímos un rato y a comer, que había mucha hambre.
Felicidades, cariño. A falta de fuego, el amor enciende todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario