Estas son las patatas que hice ayer.
Primero descongelé 4 lomos de bacalao desalados.
Los freí suavemente, primero con la piel para abajo.
No se tienen que hacer del todo.
Retiré el bacalao y en el aceite, sofreí bien las cabezas de langostino (4 langostinos) apretando fuerte para que soltaran todo el jugo.
Poché media cebolla y dos dientes de ajo.
Añadí una cucharadita colmada de harina, removí bien, y le añadí leche.
Queda una bechamel marrón cremosa
Desmigué el bacalao, retirando la piel.
Troceé las colas de langostino en crudo y mezclé todo
Previamente había puesto unas patatas envueltas en papel de aluminio y convenientemente pinchadas. Horno fuerte 40-50 minutos.
Con cuidadín que queman, las he vaciado.
El vaciado, lo reservo que mañana haré un puré de patatas duquesa
Relleno con el pescado y langostinos
Aquí lo véis con detalle
Napo con la bechamel
Napar: cubrir suavemente con salsa
Aquí un detalle
Horno fuerte 5 minutos, y se le pone entonces un poco de pan rallado con perejil y ajo (lo venden así).
Gratinamos
Así están de ricas ricas
El mundo en mis manos
Nuestra filosofía de vida, a través de este hermoso texto
La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloree con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.
4 comentarios:
mmm... estas patatas están deliciosas... me las apunto
por cierto, una historia de amor digna de novela... me alegro muchísimo por vosotros y por los coj... que habéis tenido
ole, ole y oleeeee
Muchas gracias
Como todos me preguntaban cómo había sido nuestra historia, supongo que así ya no lo preguntarán y si lo preguntan, les doy la dirección del blog
!!Madre mía, que pinta tiene esas patatas!! no dudes que las tengo que hacer, que bien lo explicas y las fotos estupendas, besos.
Gracias, eso intento.
La cámara, la pobre, la dejo pelín enguarrinada, a pesar de que me lavo las manos catorce veces
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