Este día fue un poco movido. Jon se levantó con vómitos y no paró en toda la mañana.
Pensamos cancelar la excursión pero el pobre puso una carita, que decidimos arriesgarnos.
Comimos en el restaurante La Gruta, que está en una gruta natural. Y cuando Jon vio la paella de su ama (mami) le entró el apetito y comió algo.
También comió mi pan, que le llamó la anteción.
El paseo en barca por las Grutas de San José fue fantástico. No se pueden sacar fotos, así que si váis a www.riosubterraneo.com, lo veréis
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