molestar.
El caso, es que, desde que se ha generalizado el mp3, la gente puede escuchar música al volumen que quiera, y sin que el vecino se entere.
Pero siempre hay mucha gente que prefiere que los demás sepan cuáles son sus gustos musicales y pone su equipo a todo volumen.
Mi vecino de enfrente, ha puesto el altavoz justo en su terraza.
Nos encanta estar en nuestra terraza, viendo el mar, charlando de nuestras cosas, leyendo, haciendo punto, etc.
Pero nuestro vecino, se empeña en mancillar el silencio poniendo la música a toda pastilla. Generalmente es música agradable. Pero la cuestión no es que nos guste o nos disguste la música, sino que no tenemos por qué estar escuchando música si no queremos.
Ya el colmo es cuando vienen sus amigos jovencitos y ponen el chunda chunda, del que por mucho que te quieras eludir, acaba rebotando en la cabeza el boom boom boom
Otro ejemplo lo tenemos en los vecinos de arriba, que tienen las ventanas del patio de luces abiertas y por las que se escucha en toda la vecindad la radio y la música que ponen.
Una está cocinando, con su mp3 en sus oídos, y escucho, a pesar de todo, la música del vecino
Podría subir el volumen de mi mp3, pero no quiero quedarme sorda tan joven
El boom boom boom de eso que llaman música (que puede sonar a rotaflex, a aspiradora, a batidora, a lavadora en centrifugado, etc) se oye a distancia.
Los jovencitos con sus coches, pasan con la ventanilla abierta, para que se escuche tan bellos sonidos. Les da igual que esté prohibido o no (se pasan por el arco de triunfo las prohibiciones, claro)
Mención aparte merecen los vecinos cuya vida sexual la conocemos gracias a los gemidos de ella, al golpeteo de el cabezal de la cama contra la pared y el ñoic ñoic de su somier.
Gracias a Dios, en nuestro caso, la pareja rompió y nos libró de alegrías sexuales a las 4 de la mañana.
Uno, puede hacer todo el ruido que quiera siempre que respete las horas de sueño. Pero.....esta gente que se empeña en hacerlo no piensa que si todo el vecindario hiciera el mismo ruido, sería insoportable.
Por eso, siempre que sea posible, por favor ¡NO MOLESTAR!
3 comentarios:
Ay totalmente de acuerdo contigo, en fin... yo también podría escribir de ello... mis vecinos de arriba cada vez que lo hacen nos enteramos todos... cuando nos vinimos al piso, yo al principio pensaba que había un lobo, menudo miedo jaaa. El caso es que nosotros hicimos alguna cena de inauguración del piso, con nuestros amigos, y en una de ellas, que era un sábado a las 11, éramos 15 personas, incluídos nuestro sacerdote que es muy amigo nuestro, caramba que no teníamos ni música ni nada puesto y erá un sábado x Dios... el caso es que ellos que meten tanto ruido nos vinieron a llamar la atención. A mi nena la acuesto a las 8:30 , 8: 45, 9 como mucho pues ellos que tienen dos críos, uno de 7 y otra como la mía dan las 12 y siguen dando porrazos, en fin... cuestión de educación.
Ya te mandé eso, lo hice hoy espero que te guste.
La policía municipal, está para algo. Es más, existe una "Patrulla Ecológica"que se supone, tiene la obligación de medir los decibelios y denunciar a quien sobrepase los límites...El tema es que no esté ocupada...Yo, al final he caído del burro y puesto ventanas tipo bunker: CLIMALIT SADIP SILENCE, parece ser que llevan no sé qué con silicio que hacen ¡¡por fin!! que podamos vivir en un casi silencio...¡¡y éso que vivimos en un 10º piso!!.Saludos, y...PACIENCIAAAA...jeje.Ana.
¿Sabes que pasa? Que los que más ruido hacen son precisamente los que luego vienen a quejarse por cualquier bobada.
Yo en la ciudad donde estudio vivo en un piso de estudiantes y la verdad es que ni hacemos fiestas, ni ponemos música alta, ni armamos jaleo y sin embargo, teníamos una vecina, que venía a quejarse cada dos por tres porque decía que a las doce de la noche yo desenchufaba mi ordenador y la despertaba... ¡tócate los pies! y un día vino a quejarse porque nos duchamos un sábado a las 11 de la noche y decía que la habían despertado las cañerías... pero luego, bien que me tocaba a mí escuchar su vida sexual y las discusiones que tenía con su santo... en fin, ver para creer.
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