El mundo en mis manos

Nuestra filosofía de vida, a través de este hermoso texto

La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloree con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.

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sábado, 28 de marzo de 2020

Sábado de alerta: el caso del papel higiénico

La compra, ha variado, por las colas. En el Consum siempre las hay. En el Más y Más, no. Misterio misterioso.

Pero, lo que no varía desde el inicio de la pandemia es la escasez de papel higiénico. La gente se lo ha llevado a poaladas. Y mira que me rompo la cabeza para saber en qué lo usan. Yo lo uso para limpiarme el culo, nada más. Como

kleenex, uso más el papel de cocina.
El caso es que no hay y donde lo hay te lo cobran a precio de robo. Y reconozco que yo sí necesito papel higiénico. No 4 paquetes, no tengo sitio en casa. Pero sí es imprescindible, porque hoja de parra no tengo a mano.

También hay escasez de guantes y de jabón de manos en gel. Esto es razonable, porque para ir a la compra hay que usar guantes.

Lo de las mascarillas, es para dar a la gente de comer aparte. Lo han dicho de todos los modos posibles: las mascarillas no sirven para nada. Y la gente por la calle con las mascarillas. Y el caso es que en Les Valls, no hay ningún contagiado.



Eso sí: los médicos, personal sanitario, transportistas y demás gente, sí les hacen falta. Y ya está la gente que sabe coser, haciendo mascarillas. Mi amiga Antonia Iniesta, se ha puesto a la faena con su máquina de coser.

También los agricultores están poniendo sus tractores para desinfectar los pueblos.
Esto me gusta, arrimar el hombro

Yo rezo. Ayer el Santo Padre, ofreció una misa Urbi et Orbi con indulgencia desde el Vaticano. Me puse a llorar. Porque justo lo que hablaba el Evangelio y el Papa es lo que siento: agobio. Y me quedo con una frase:¡No tengáis miedo!


Cuando me pegue la depresión y el agobio, recordaré esa frase. Por fin un poco de pomada para mi pobre alma, que está dolorida y que no ve, a veces, el final.

Todo pasa, es evidente, no se va a quedar el virus a perpetuidad, pero, antes del discurso del Papa, me agobiaba mucho, mucho, mucho.

¡No tengáis miedo!


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