Y ya acabamos la segunda semana. Y se está acabando Marzo, que ha sido pésimo: Se suspendieron las Fallas (no el día internacional de la mujer, y así les ha ido), la Semana Santa y todo lo habido y por haber
Pero voy a hablar del tiempo, porque en Valencia, no colabora a salir. Hace un frío horroroso y llueve bastante. Ideal para no querer asomar la nariz fuera.
Aprovecho el tiempo para hacer punto: he hecho un tren y un coche con caravana, y ahora voy a hacer un avión. Está claro que el tema para las firas es: los medios de locomoción: tengo previsto hacer un tractor, un barco y un cohete espacial.
Mis dos pasiones son: la música y Dios. Y esta crisis me lo ha quitado. Dios, obviamente no se puede quitar, pero sí el ir a la iglesia. Para mi la iglesia es mi segunda casa. Estoy a gusto y me siento confiada. Esto no lo he sabido hasta ahora, que no puedo ir. Ya se sabe, uno añora lo que ha tenido y no tiene. Pero cuando lo tiene, no lo sabe apreciar en su justa medida.
Me encanta tocar la guitarra en misa, me encanta dar cate, y los niños me encantan también.
El coro, pues mira, que yo últimamente no iba a los ensayos con regularidad, por pura vaguería y pereza. Pues los echo de menos. Incluso mis buelis, que fallaban un poco y que me ponían a veces el humor malo, también las echo de menos.
El caso es que ahora cuando salimos a cantar cantamos el Resistiré, y todos me
recordaron que yo estoy en un coro y que tengo que cantar. Se les ha olvidado que yo soy muy tímida y esto de llevar la voz cantante no me va mucho. Pero, oye, está bien que digan que lo hago bien.
Otra cosa: a las 12 suenan las campanas: Es el Angelus, y también hay un
Padrenuestro por las intenciones del Papa. Hoy es la bendición Urbi et Orbe.
¡Qué nos queda, en medio de tanto desatre! Dios.
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