El mundo en mis manos

Nuestra filosofía de vida, a través de este hermoso texto

La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloree con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.

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sábado, 2 de mayo de 2020

Por fin salimos: primeras fotos del desconfinamiento

Hoy era un día muy especial. Estaba yo nerviosa y todo. Me he vestido, y me he puesto además, pantalón corto. Ya es primavera meteorológicamente hablando. Hace calor y apetece.

¡Cómo echaba de menos pasear, oler, mirar!

Ayer, en la tertulia vecinal de las 20h, se discutía sobre por dónde ir. El

ayuntamiento nos ha mandado una foto con el radio de acción de los paseos. Esto sí que es un chollo y se acabaron las discusiones.

El perro, después del susto de ayer, estaba encantado. A mi perro como más le gusta salir es en compañía de mi marido y yo. Somos sus jefes de manada. Mi hijo, es su compañero, y por eso no le toma mucho en serio.

Por cierto, que lo de mi perro no fue absolutamente nada, un rasguño. Pero pudo ser mucho más serio. El animal llevaba un susto importante. La veterinaria nos llamó y nos dijo que no era nada.  Suerte  tuvimos. El animal que atacó a mi perro es inmenso, un cruce de mastín con otro bicho inmenso. Podía haber pasado un desastre.

Fuimos al paseo de los patos. Llamado así porque cerca de por donde vamos hay una balsa donde hay patos. Ahí  podemos soltar al perro: es muy feliz oliéndolo todo











Vivo en un entorno precioso y no paraba de hacer fotos y selfies. Para estar muy mona, mi atuendo es: camiseta que me regaló mi amiga Ade. Pantalón que compré en joom el año pasado, zapatillas de confinamiento azules. Lo he acompañado durante poco tiempo con la parte de arriba de un chándal muy fino, color rosa.(que de tantos años conmigo, casi está blanco)




Monísima y conjuntaba con el entorno.





Se notan las lluvias porque las zonas no pavimentadas están llenas de hierbajos. Me encantan los caminos sinuosos con hierba.












Según pasaba el paseo, me deshice del chándal







 Según volvíamos del  paseo, vimos gente que, como hormiguitas salían a la primavera. Todos decían: ¡por fin salimos!















De paso, dimos una vuelta de inspección al pueblo. Llegamos a la plaza de la iglesia a ver si estaba arreglada pero no. Un selfie sin querer, que ha quedado muy chulo, con el palacio al fondo

 De vuelta por el pueblo, viendo las casas, saludando a la gente.

Por fin se acaba este encierro, que ha tenido cosas muy buenas y otras, no tanto.

Me quedo con las buenas: he conocido a mi primo, hemos estando pasando buenos momentos vecinales.

Las malas, pues, estar encerrados no gusta a nadie. Y el mardito dolor de brazo que, como colofón al desconfinamiento, ha tenido que opinar.

Estoy muy bien. Hoy será mi último voltarén. Muchas gracias a todos por vuestras palabras.











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