El otro día estaba yo pensando en los colores que más me gustan. Todo vino porque los padres de los comunioneros me regalaron todo en amarillo (no son supersticiosos).
Definitivamente, el color que más me gusta es el rojo. En todas sus gamas de
tonalidades. Un color que va bien solo o combinado. Junto con el negro es de lo más elegante. Con blanco, también da un aire fresco y animado.
Los granates, que son más serios, también me gustan mucho. Más otoñales o invernales, para combinar muy bien con vaqueros.
El pariente del rojo, es el rosa. Y también es otro de los colores que me atraen. Desde el rosa chicle al rosa fucsia. Es igual de combinable que el rojo.
Por un tiempo, me negué a vestir de rosa. Porque es el color que, tradicionalmente, se adjudicaba a las chicas. Y a mi los convencionalismos, me ponían de los
nervios.
Ahora me he reconciliado con el rosa y tengo bastantes cosas de ese color. Me encanta el rosa palo, el rosa fucsia, el lila, el rosa salmón. Definitivamente me encanta el rosa
El rosa fosfi, para calcetines
Los azules, ya están en segunda posición. El azul marino no me gusta, porque se parece al negro y para ese plan, uso el negro. El resto sí me van: el celeste, el
turquesa, el azul prusia, el azul verdoso. Muy clásicos, y discretos los oscuros, muy marineros los claros. Y tenemos el violeta ,o el morado que es uno de mis colores favoritos, sobre todo para el invierno.
Los amarillos luchan por la segunda posición en mi lista de favoritos. El amarillo es muy chillón en su más clásico amarillo: el amarillo limón. En camisetas quedan muy bien. Pero para pantalones, o faldas, no es santo de mi devoción. Y eso que
tengo un vestido amarillo. Pero, mirad, es muy veraniego.
Otros amarillos me gustan mucho: el oro viejo, el amarillo pastel, el amarillo oscuro. Uno que está de moda y que lo odio mucho es el color mostaza. Que yo le llamo amarillo cagalera.
El amarillo fosfi, para calcetines
El naranja: Un color complicado. Brillante y difícil de poner. No resulta elegante como el rojo ni animado como el amarillo.
El color naranja butano no me gusta nada. Pero si hay naranjas más bonitos, como
el color melocotón o el cobre que son ideales para vestir. Los colores pasteles siempre son agradables para vestir.
El gris está también empatado. Hay grises odiosos, como el gris rata. Los grises
claros, el gris oscuro, el gris marengo me gustan más. Son elegantes y le dan un punto de seriedad. El gris perla es muy bonito y muy suave
Con el verde tengo yo más problemas. El verde hoja lo odio. Queda muy bien para los campos y las plantas, pero no para mí. Ya dice el refrán: el que se viste de verde, con su belleza se atreve.
Los verdes pasteles, los verdes amarillentos, los verdeazules, el verde botella, esos
sí me gustan. Quizá el verde botella es de mis favoritos para vestir. También el verde caqui y el verde militar me gustan.
Los fosfis, para calcetines
Marrones, pues los dejo para el final. El marrón clásico, me aburre. Con los beiges, camels y tostados me llevo infinitamente
mejor.
El marrón cagalera, tampoco, claro. Como véis, el apellido cagalera, sirve para el marrón y para el amarillo.
En principio el marrón ni me gusta ni me disgusta en general.
Los básicos: negro y blanco.
No tienen clasificación.
El negro es básico para combinar o para la coral o para funerales y entierros varios. No me gusta ir de negro entero. Así que cuando tengo misa o evento vario en la coral, procuro combinarlo con un collar o unos pendientes que rompan tanta negror.
El negro para combinar es elegante: con el blanco, muy clásico estilo camarero. Con el rojo, el gris, el amarillo, con casi todos los colores combina bien. Mi
favorito es el rojo y negro, tan español y tan elegante.
El blanco el color de la pureza y que atrae la mancha con la miel a las moscas. Es ponerte una cosa blanca y está asegurado el lamparón.
No soy yo demasiado de blanco puro. En camisetas siempre con algún estampado bonito. Pero las combinaciones de blanco con otro color funcionan muy bien:
blanco y negro camarero, blanco y rojo, blanco y gris marengo, blanco y camel.
Para el calor, colores vivos, para el frío, colores oscuros. Es lo que generalmente me pongo.
Para camisetas, tiro de alegría y colorido, que con la cara de acelga que tengo, me viene bien
Y para calcetines, cuanto más colorido y más chillón, mejor. Se puede decir que llevo la alegría en los pies
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