Mi marido es un sol y parece que se me adelanta en mis pensamientos. Y ayer me dijo: vamos a salir a ver polares y cosas. Y me acordé de Leroy Merlin. Resulta que estos dos meses últimos, hemos colocado unas láminas de Sorolla en el comedor. Retiramos las dos láminas que teníamos y colocamos dos: una de Sevilla de una procesión y otra de la Feria de Abril.
Os cuento que estas láminas llevaban mucho tiempo con nosotros. Hace años Bancaixa hizo una exposición de cuadros de Sorolla y vendía láminas. Elegimos las que más nos gustaron: las dos que os he contado y otra de Valencia en Fallas. Imagino que no cogimos la del País Vasco porque era demasiado gris para nuestros gustos. Ni me acuerdo yo.
Nos quedaba sólo la de Valencia, pero no queríamos hacer más agujeros. Así que compramos esos adhesivos que pegan mucho y pensamos pegarlo a la pared. Pero los porta láminas tienen hierritos que sobresalen y no se puede hacer así. Aparte, en las otras láminas, venía el chisme para colgar. Y en esta, no. Parece ser que eran más baratas. Ayer cuando fuimos, había de las otras, pero cuando fuimos el otro día, no.
Dándole a la neurona, se me ocurrió, poner un colgador de esos que se pegan a la pared. Y a mi marido se le ocurrió, también pegar el hierrito que tiene con el adhesivo este.
Fuimos al Vidanova, donde está, entre otros establecimientos, el Leroy Merlin. Yo estaba un poco cortada porque era la primera vez que salía con la mascarilla en público. No en Faura, donde no somos muchos. En Leroy Merlín, que siempre está lleno. Ánimo y al toro, pensé, y arreando
Después de comprar los colgadores decidimos contar lo que ibamos a hacer con alguna persona de Leroy Merlín. Nos dio la razón. Dijo que los hierritos aguantaban bien, pero que por si acaso, mejor pegarlos.
Salimos del Leroy Merlín y llovía. Los paraguas, en el coche, para no variar. Nos dirigimos a C y A y luego a Decathon, a mirar polares. Yo también quería una chaqueta ligera tipo polar, para el entretiempo. Porque la que llevo era rosa en tiempos lejanos. Ahora es blanca.
No encontramos nada que nos gustara. Algunos polares de los que mi marido hizo foto para enseñársela a mi hijo.
Del Vidanova, al Carrefour, y allí encontré una chaqueta muy mona gris, que justo me venía de lujo. Y baratita, no llegaba a 10 euros. Mi marido seguía haciendo fotos a los polares.
Del Carrefour, al Epicentre, que está justo enfrente y todo rima. Muy chulamente, para evitar la lluvia, aparcamos en el párking subterráneo. Subimos y cuando llegamos a las primeras escaleras mecánicas, nos llovió encima. Porque este centro comercial, está abierto.
Miramos en H&M , en Mango y en otras tiendas, y no encontramos nada.
Llegó el momento de tomar algo. Fuimos a Panaria. Los precios son pelín caros.
Y nos volvimos a casita, con lluvia arcoiris y sol
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