Este sábado fue el día del padre. Mi marido es el mejor padre del mundo. Y como hice un taller en Leroy Merlín, le di el regalo que veis.
Para comer, una paella. Ha sido casualidad, porque el do
mingo queríamos irnos de excursión. Y la paella dominical, se quedó para el sábado.
De postre, pues otra casualidad. Nos dieron en Family Cash unos polvorones que he usado para hacer un bizcocho de polvorones. El relleno es de mantequilla con filadelfia y azúcar glace.
Está haciendo el marzo más lluvioso que recuerdo. Llueve, hace aire y frío, y hay pocas ganas de salir. A sacar la perra y poco más.
Pero bueno, cualquier celebración está bien y sobre todo si es para mi marido.
A mi me gustan las tartas con mucho relleno.
Sabía a polvorón (algo de canela y dulce)
Cuando lo hice no tenía las líneas azules puestas ni tampoco estaba pintado de marrón. Pero yo noté que algo faltaba.
Tendríamos que haber tenido cinta de carrocero más fina para poder hacer más cosas. Y también darle un poco de barniz para que brillara. Pero es lo que hay y a mi marido le gustó
Recordaremos este día, porque llovía, porque aún estamos con el susto y porque han sido unas fallas muy malas por el tiempecito que hace
2 comentarios:
Es un regalo la mar de majo, se nota el cariño. Un saludo
Gracias, Joaquín
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